Joven, con una mirada crítica sobre la realidad y un poder de análisis propio de la profesión que ejerce son algunos de los rasgos que definen a María Lloyd. Aunque por breve tiempo fue la voz del móvil de una Radio local consiguió hacerse de un lugar entre sus colegas quienes hoy la reciben (recibimos) con los brazos abiertos luego de un año de ausencia.

Pese a la distancia, en 2016, se mantuvo al tanto de lo que sucedía en Esquel y hoy regresa para invitar a los trabajadores de prensa – y a la comunidad en general – a la reflexión proponiendo un periodismo que aborde temáticas más allá de “la agenda del día” impuesta por los medios de comunicación y sus dueños. La necesidad de contar con espacios de debate entre los miembros de la comunidad y la falta de trabajo para los jóvenes también fueron temas abordados en esta entrevista con La Portada.

La Portada: ¿En qué circunstancia dejaste Esquel en 2016?

María Lloyd: Me fui hace un año a Bariloche cuando me despidieron de una Radio para ver que opciones tenía. Allá es como acá ya que los medios tienen estructuras pequeñas y cuando se generan espacios es porque se fue alguien. Estuve casi todo el año sin laburo y cuando comencé a trabajar no fue en lo periodístico. Volví hace casi un mes y ya estoy trabajando. Eso está bueno en momentos en que hay mucha incertidumbre política y económica lo que hace que uno evalúe las prioridades de otra manera.

  1. P: ¿Cómo fue este volver a empezar en Esquel?

M.L: A nivel comunitario quiero mucho a Esquel. Los compañeros periodistas siempre me reciben con la mejor onda y eso es lo que más rescato de Esquel. En términos laborales me pasó lo mismo que pasa en todos lados y más en una comunidad chica. Yo miro demasiado arriba y termino teniendo dificultad para lograr los espacios que me permitan conjugar el deseo con el deber, el trabajo con lo que a uno le gusta hacer. Cuando volví ya había cierta base porque había trabajado en lo que fue la Radio Pública y en Radio Fénix.

L.P: ¿Qué te gustaría desarrollar a nivel profesional?

  1. L: Me encanta la Radio porque me permite conjugar varias cosas que me gustan como la expresividad de la voz más allá que me formé en TEA que está volcado a lo gráfico. Y cuando trabajé fue en Agencias de Prensa y Difusión que tienen una mirada más mercantil de la información. Ahora estoy trabajando en grafica con la posibilidad de producir información que no tiene que ver con lo coyuntural. Me gustaría trabajar en el periodismo colectivo de investigación similar a lo que hace Tiempo Argentino con Sin Fin con una apuesta multimedia maravillosa que es un placer ver y leer. Creo que el Periodismo tiene que volver a la narrativa.

L.P: ¿Consideras que hay público para el Periodismo desde la narrativa?

M.L: Creo que sí, pero lleva tiempo y esto es incongruente con las necesidades de las empresas de comunicación que no es lo mismo que el periodista. Tiene que haber una apuesta y un compromiso nuestro con la profesión porque por un lado hay que mantener a la familia y vivir. Las circunstancias y el contexto no dan el tiempo para producir lo que a uno le gustaría. Hay que intentarlo aunque es cierto que hay un déficit del lenguaje en un lugar como la Patagonia donde estamos lejos de centros de capacitación que nos motiven de otra manera. No hay un espacio para pensar cómo queremos contar las cosas.

L.P: ¿Cómo analizas la situación de los trabajadores de prensa?

M.L: Es eterna la precarización del trabajador de prensa y no solo desde el punto de vista económico, sino también desde la posibilidad de sentarse a construir información con la dificultad de todos los medios y en especial en Esquel de llegar a una fuente de información porque no se tiene. En Radio son pocos los espacios que siguen activos, tienen poca estructura, el movilero tiene mucha carga para generar información. ¿Qué Radio tiene productor que busque fuentes de información diferentes? Otra dificultad que tiene Esquel es que al ser una comunidad chica cuesta tener una mirada crítica. También están las Pautas que plantan determinada agenda y las necesidades de los dueños de generar dinero coartan la posibilidad de construir otra información que no sea la inmediata y eso no es atraviesa a todos. El caso Maldonado hizo que muchos periodistas comenzaran a tener otros espacios con páginas de Facebook creciendo en otros ámbitos donde se puede poner la propia voz. Han surgido medios nuevos con una apuesta propia y alternativa.

L.P: ¿Qué sentís que le falta a Esquel?

M.L: Hay como mucha comodidad. Esquel nació siendo una necesidad del Estado extendiendo una línea comunicacional y eso ha quedado. Esta es una ciudad privilegiada. Yo volví de Buenos Aires relegando posibilidades laborales y de crecer para poder vivir mejor más allá de lo caro que sea. Acá hay tranquilidad y otro ritmo, pero hace también hace que uno se aplaque mucho a nivel ideológico aunque político no tanto por las cosas que pasaron reflejadas en manifestaciones. Creo que falta diversidad en las ofertas de todo. Nos falta debate y discusión sobre las cosas que no hacen al día a día. Para los jóvenes faltan posibilidades de laburo y de estar juntos en otros lugares que no sea un boliche, de interpelarlos desde otro lugar. No hay lugares de comunión entre las diversas comunidades que tenemos. Faltan espacios para estar juntos cara a cara lo que da la posibilidad de hermanar sentimientos y necesidades para empezar a discutir en conjunto hacia dónde queremos ir.

L.P: ¿Cuál es el deseo para 2018?

  1. L: La hermandad porque lo más importante es encontrar espacios de diálogo cara a cara viendo en el otro el reflejo de uno mismo. Hay que sentirse preocupado y comprometido. Esquel es una ciudad chica, todos nos conocemos y eso nos puede dar un lugar positivo de construcción creativo y cooperativo.