El Coronel Luis Jorge Fontana decide emprender un viaje junto a 28 hombres a caballo para explorar un territorio virgen. Luego de cruzar la provincia llega a fines de noviembre de 1885 al paradisíaco Valle “16 de Octubre”. Este sábado, Trevelin y la zona celebran un nuevo aniversario de aquel hito histórico.

Ni bien pisa suelo chubutense Fontana entiende que era necesario conocer más de la extensa geografía provincial y propone salir de los límites capitalinos. Había llegado con el visto bueno del por entonces presidente Julio Argentino Roca. Así es como a principios de octubre de 1885, toma a casi una treintena de hombres y sale en búsqueda de lo desconocido.

Héctor Garzonio, uno de los vecinos que más conoce del suceso, conversó con diario La Portada y repasó parte de lo que considera un verdadero “hito” en la historia no sólo de la región sino que de la Argentina en su conjunto. Destaca el legado del Coronel y su espíritu aventurero. “Culto, estadista y con conocimientos en el campo de la economía, geografía y la política”, agregó.

Comentó que el viaje de 5000 kilómetros de Fontana y los Rifleros nace en cercanías de Dolavón con el claro objetivo de conocer tierras fértiles, sus características geográficas y las potencialidades en términos de desarrollo. “Significaba una presencia de soberanía porque acá no había nada”, manifestó.

Junto al primer Gobernador del Territorio Nacional del Chubut partieron unos 28 jinetes, entre los cuales estaba Jhon Daniel Evans, otro personaje emblemático. “Además venía un chico menor de edad”, añadió un Garzonio que en poco cumplirá 90 años y, vital, aún sigue realizando la tradicional travesía de todos los 24 hacia el Morro.

Precisó, asimismo, que una vez en la zona el grupo de expedicionarios queda maravillado con el paisaje, el Valle “16 de Octubre” que luego fuera poblado. “Desde el Morro ven el Corinto, el Río Percy, el Río Grande y todo un bosque hermoso”, repasó el vecino que se conoce este hecho de principio a fin.

“Cuando bajan notan que los caballos tienen algo rojo en los vasos de los pies. Creían que estaban lastimados pero eran las frutillas”, se ríe. Señaló que permanecieron varios días recorriendo la zona, donde visitaron lugares como Sierra Colorada por ejemplo. “Después se fueron para el Senguer. El objetivo que tenían era hacer un reconocimiento”, amplió.

Fontana a la eternidad

No dudó en resaltar fuertemente la figura del Coronel Luis Jorge Fontana a quien calificó como aventurero, culto, preocupado por la ciencia y la política. Acotó que a juzgar por sus escritos personales también era un “gran estadista”, al tiempo que poseía “conocimientos de la geografía, economía y del desarrollo regional”.

Subrayó que a diferencia de Roca, por ejemplo, este militar que falleciera en San Juan hace más de 100 años siempre buscó incorporar a los pueblos originarios y apostó ciegamente a la educación e incorporación de valores. “Luchó mucho por eso. Hizo recomendaciones al Gobierno para actuar en protección del indígena”, planteó.

El monumento y un dato

Garzonio reveló luego que el monumento ubicado en el cruce de las avenidas Fontana y Ameghino, en Esquel, tiene algo especial, que muchos desconocen.

Confió que un vecino, profesor de la Politécnica, visita hace muchos años el cementerio de San Juan donde descansan los restos de Fontana. En el sitio encuentra que un terremoto reciente había removido las tumbas, dejando desparramada la lápida del Coronel. Pide una muestra y la trae para luego ser colocada en el busto local.