En una audiencia realizada el 28 de febrero, los dos imputados reconocieron ser los autores del crimen de Rolando “Kiko” Garnica. El mayor fue condenado a la pena de 9 años de prisión y ya se encuentra en etapa de ejecución de la pena. El otro, era menor de edad al momento del hecho, la ley establece la imposición de un tratamiento tutelar y con posterioridad, al cumplir 18 años, la evaluación de si fue efectivo o es necesario aplicar pena.
La aplicación de pena es excepcional y cuando se aplica no es la misma escala aplicable a los mayores, se aplica la escala penal de los delitos en grado de tentativa. En este caso la Fiscalía entendió que es estrictamente necesaria la imposición de una pena de 4 años de prisión.
No es obligación imponer pena, generalmente el tratamiento tutelar cumple sus fines y los adolescentes sometidos a él encauzan sus vidas, pero no siempre es así. En esta oportunidad la Fiscalía tuvo muy en cuenta la gravedad de los hechos por los que fue declarado responsable y que una vez cumplida la mayoría de edad volvió a aparecer vinculado a delitos que actualmente están en investigación.
El COSE informó que durante el plazo de la prisión preventiva fue atendido en varios planos. Le dieron asistencia médica, se articuló con una escuela secundaria para que curse en modalidad domiciliaria, inició un taller de herrería, se hizo el trámite de actualización del documento. El seguimiento de esa institución se extendió por diez meses.
Cumplida esta etapa, en octubre de 2024, por propia voluntad, dejó de asistir a la escuela secundaria. A partir de noviembre comenzó un tratamiento terapéutico una vez por semana. Se le recomendó un taller de recreación para adolescentes hasta fin de año. Luego cesaron las medidas y dejó de cumplir con las actividades dispuestas para él.
Desde el 3 de febrero fue privado de libertad por 15 días, por estar en la vía pública exhibiendo un arma tumbera, el COSE volvió a tomar contacto. Cuando recuperó la libertad, otra vez apareció vinculado a una situación contraria a la ley. Se señaló que no tiene referentes de contención familiar y que solo ordena su vida cuando está supervisado.
El fiscal Fidel González tuvo en cuenta todos estos elementos y pidió que se le aplique la pena de 4 años de prisión de efectivo cumplimiento.
La defensora Carolina García estuvo de acuerdo con el pedido. Requirió al juez que quede detenido en Esquel y continúe el tratamiento terapéutico que comienza a dar buenos resultados. También requirió que se permita que siga asistiendo al taller de adolescentes porque necesita aprender a vincularse con pares, establecer lazos positivos y prepararse para la vida en libertad.
El juez Jorge Criado, homologó el acuerdo. Condenó al joven a cumplir la pena de cuatro años de prisión de efectivo cumplimiento, con continuidad del tratamiento terapéutico. En relación al taller indicó que desde Ejecución Penal se constatará si ese taller permite la asistencia de personas condenadas, antes de decidir si lo autorizará o no. Las partes renunciaron a los plazos procesales y la sentencia quedó firme.
La familia de Rolando “Kiko” Garnica participó de la audiencia.
Fuente: Ministerio Público Fiscal.