Miguel Alejandro Vargas Nehuen, condenado por el femicidio de Ana Calfín, fue detenido el pasado sábado en Chile luego de que se fugara mientras cumplía prisión domiciliaria en Esquel. Los familiares de la víctima esperan que se haga justicia y cumpla con la condena.
Daniela Santillán, sobrina de Ana Calfín, dialogó con La Portada tras la reciente detención de Miguel Alejandro Vargas Nehuen en Chile, quien se encontraba prófugo desde el martes 15 de abril. “Nos avisaron el sábado desde la Fiscalía que lo habían atrapado en Chile. Ahora tenemos que esperar a que lo traigan a Argentina”, expresó Santillán, visiblemente aliviada tras la angustiante espera.
La fiscalía de Chubut ya formalizó el pedido de extradición para que Vargas Nehuen regrese a la Argentina y se complete el proceso judicial iniciado en Esquel. El pasado 11 de abril, un jurado popular lo había declarado culpable del delito de homicidio agravado por el vínculo y por haber sido cometido en un contexto de violencia de género, figura legal que prevé la pena de prisión perpetua.
La detención del condenado se concretó gracias a una búsqueda coordinada entre las autoridades argentinas y chilenas. Desde la Fiscalía se valoró este avance como un paso fundamental para concluir el proceso judicial, que se vio interrumpido por la fuga de Vargas Nehuen pocos días después de ser declarado culpable. Una vez concretada la extradición, la Oficina Judicial de Esquel deberá reprogramar la audiencia de cesura de pena, la etapa final previa a dictarse la sentencia definitiva.
“Pasar por esto fue como volver al dolor del comienzo”, lamentó Santillán, reflejando el impacto que tuvo la fuga en la familia de Ana Calfín. “Queremos justicia y que cumpla la condena en la cárcel”, aseguró con firmeza.
Durante los días en que el femicida estuvo prófugo, la familia mantuvo un contacto permanente con el Servicio de Atención a la Víctima del Delito (SAVD) y la Fiscalía. “La fiscal siempre nos mantuvo al tanto para que estuviéramos tranquilos. Confiamos en su trabajo y el de su equipo, porque trabajaron muchísimo para llegar al juicio y siguieron trabajando durante todo este tiempo”, destacó.
Sobre la fuga, Santillán manifestó la tristeza que generó en la familia. “El resultado del juicio nos había dado una alegría después de tanto tiempo de haber esperado y que lo hayan declarado culpable. Queríamos darle un cierre a esta etapa”, señaló.
Recordó además el arduo camino recorrido desde el femicidio de su tía. “Desde que le pasó eso a Anita, nosotros siempre estuvimos haciendo marchas y organizando cosas para que se haga visible el caso. Para nosotros era darle un cierre, continuar con nuestra vida y soltar el dolor que sentimos”, manifestó.
En su análisis, Santillán consideró que “faltó más vigilancia y la visita de la policía” en el domicilio donde Vargas Nehuen cumplía la prisión domiciliaria.
La sobrina de Ana Calfín reveló que la posibilidad de una fuga había sido planteada incluso durante el juicio, dado que “Vargas tiene familiares en la provincia y en Chile. Cuando comenzó el juicio se había comentado que se podía llegar a fugar. Le dieron la domiciliaria por su buen comportamiento en estos dos años, pero era una posibilidad bastante grande que se fugara”.
Ante las versiones que circularon sobre una posible anulación del juicio tras la fuga, Santillán aclaró que “la fiscal nos comentó que eso no era posible y nos explicó que se había puesto en pausa, quedando pendiente la audiencia de la sentencia”. En este sentido subrayó la importancia de la comunicación con la Fiscalía. “La mayoría de las cosas que salen por redes sociales, se las consultamos a la fiscal y ella nos explica todo para que podamos estar tranquilos”, sostuvo.
“Nos refugiamos en Dios. Teníamos fe en que íbamos a tener justicia. Cuando se fugó, seguimos creyendo que lo iban a encontrar”, afirmó Daniela, resaltando la fortaleza de la familia en estos momentos difíciles. “Confiamos en el trabajo de la justicia, esperamos que no haga ningún daño más”, remarcó.
Finalmente, tras la detención de Vargas Nehuen, la familia Calfín deposita sus esperanzas en que se cumpla la condena impuesta por el jurado popular. “Estamos en pie y seguimos luchando. Esperamos que la justicia actúe correctamente, para poder sanar como familia. Queremos dejar esta etapa tan dolorosa y que Ana pueda descansar en paz”, concluyó Santillán.