La Asociación Pan y Esperanza, integrada por jóvenes con discapacidad, se encuentra sin un espacio donde elaborar sus panificados. Venía trabajando en la Escuela 510 pero el año pasado la actividad tuvo que ser suspendida por la pandemia. Hoy ya cuentan con el protocolo para volver pero les hace falta un lugar. “Los chicos están desesperados por empezar y reencontrarse con sus pares”, aseguró Susana Pacheco.

Pan y Esperanza se encuentra integrada por jóvenes y adultos con algún tipo de discapacidad, que egresaron del Taller de Panadería de la Escuela N° 510 y ante la falta de oportunidad laboral decidieron emprender el oficio de elaborar panificados. La Asociación cumplió 8 años de vida y aún se encuentra pendiente el sueño de tener su propio espacio. Ya tienen el terreno, que está ubicado al lado de la Fundación Dar Pasos, pero necesitan ayuda para construir su sede.

Susana Pacheco, una de las integrantes y fundadora de la Asociación Pan y Esperanza, contó en diálogo con La Portada que “los chicos no pudieron seguir elaborando el año pasado por la pandemia pero este año ya quieren empezar”.

Aseguró además que “es su lugar de encuentro con sus pares”, pero manifestó que por el momento “no estamos encontrando un lugar donde puedan elaborar”.

Susana comentó en este sentido que “hemos recorrido distintos espacios pero no hemos tenido mucha apertura”.

La Asociación venía trabajando en la Escuela 510 pero este año le ofrecieron un horario diferente que no ven compatible con la actividad. “Nos facilitan el lugar a partir de las 17 horas pero a esa hora no nos conviene porque no venderíamos nada y los chicos tendrían que irse muy tarde. Todavía no dijimos que no pero estamos viendo si hay otra alternativa”, explicó.

Susana confió que “los chicos están desesperados por empezar porque más allá de ser su mano de obra, extrañan el contacto con sus pares, charlar, divertirse y compartir”.

Hoy son 10 jóvenes los que aguardan por un espacio para poder reencontrarse y elaborar sus productos panificados, los cuales son muy esperados por la comunidad.

Susana también contó que mantuvo una reunión con la secretaria de Desarrollo Social de la Municipalidad de Esquel, Fabiana Vázquez, y el nuevo director de Discapacidad, Juan Margara, para acercarles su inquietud y solicitarles ayuda. “Les pedimos que nos ayuden a buscar un lugar porque realmente se nos está complicando la situación y se comprometieron a darnos una mano y a buscar fondos ante Nación para que podamos construir nuestra sede”, declaró.

La integrante de Pan y Esperanza señaló que el terreno donde proyectan la construcción de la sede y que fue cedido por el Gobierno Provincial se encuentra ubicado en Avenida Alvear al lado de la Fundación Dar Pasos. “Hicimos algunas mejoras, lo limpiamos, lo cercamos y le pedimos al Concejo Deliberante que nos extendiera el permiso para construir y nos dieron un plazo de 3 años”, precisó.

Susana destacó que se encuentran realizando diferentes gestiones ante el Gobierno Nacional para poder avanzar en la construcción del edificio propio. “Es nuestro sueño y el lugar es estratégico porque pasa mucha gente así que estamos con muchas expectativas de poder cumplirlo”, afirmó.  

Mientras tanto continúan buscando un espacio donde trabajar. Tienen el protocolo aprobado por el COEM y sólo les falta saber en qué lugar estarán para que verifiquen la cantidad de personas que puede estar.

“Los chicos desean volver, más que nada para interactuar con sus pares porque hace años que trabajan en conjunto y se extrañan. Tenemos un grupo donde se contactan y charlan pero algunos no tienen celular y quedaron aislados. Por eso tenemos que encontrar un lugar por ellos porque lo necesitan”, finalizó Susana.