Luego de haber cerrado durante dos semanas por falta de alimentos, el comedor del Chanico Navarro reabrió sus puertas gracias a las donaciones de la comunidad. Advierten que el municipio recortó la partida y que no alcanza a cubrir la demanda que cada vez es mayor.
Elida Melin, quien es la presidenta del Chanico Navarro y se encuentra a cargo del comedor que funciona en la sede vecinal, sostuvo en diálogo con La Portada que “el municipio brilla por su ausencia”.
En este sentido comentó que el comedor estuvo cerrado durante dos semanas por falta de alimentos debido a que el área de Acción Social no cumplió con la entrega de la partida. “Compartí en las redes sociales que cerraba el comedor y puse un cartel en la puerta, así que la gente se empezó a movilizar, me trajeron varias cosas y reabrimos”, señaló.
Melin comentó que le consultó al director de Acción Social, Matías Casati, por la entrega de alimentos. “Me dijo que estaban en eso y que se habían atrasado por el paro del SOEME”, mencionó. Cabe recordar que la medida de fuerza se levantó hace dos semanas.
“Para no pelear, decidí cerrar el comedor y el jueves pasado pude volver a abrirlo tras recibir donaciones de una iglesia”, precisó.
La vecinalista estimó que hasta este miércoles podrá cubrir la demanda y que en caso de no recibir más alimentos se verá obligada a cerrar nuevamente el comedor. “La demanda aumentó y Casati lo sabe porque ha venido a inspeccionar y ha visto que ha quedado gente sin recibir su refuerzo”, indicó.
La presidenta del Chanico Navarro remarcó que “hace ocho años que estoy a cargo del comedor y todo este tiempo me la he pasado peleando con el Ejecutivo”. Seguidamente recordó que durante la gestión de Ongarato discutía por los alimentos, pero se los entregaban todos juntos. En esta ocasión, planteó que la situación es diferente. “Un día me traen la verdura, otro día la picada y después los fideos”, expuso.
También se mostró disgustada por haber sufrido un recorte en la partida de alimentos. “Me redujeron el pedido, antes recibía 75 paquetes y ahora estoy recibiendo 35, lo que no me alcanza para cubrir toda la demanda porque cocino todos los días”, declaró.
Además, les dejaron de llevar queso, polenta, mondongo, chorizo y huevos. Hoy sólo les están acercando fideos, arroz, lenteja, carne picada, pata y muslo de pollo. “A los comensales los tengo a puro guiso, me gustaría preguntarle si ellos comerían lo mismo todos los días del año”, planteó.
Aseguró que “está todo mal con el municipio porque no piensan en la necesidad de la gente, me dicen que los mande a la oficina de Acción Social, pero van y no les dan nada”.
Melin advirtió que hay muchas familias de la ciudad que están atravesando una difícil situación económica y que acuden al comedor para acceder a un plato de comida cliente. “Hay personas que te piden comer al mediodía y a la noche porque se han quedado sin trabajo”, reveló.
Asimismo, se mostró agradecida con la comunidad que colabora permanentemente con el comedor y que posibilita que el mismo siga funcionando. “Estoy enojada con el municipio, así que no entrego más planillas ni dejo que me revisen la cocina porque yo cumplo al pie de la letra, pero ellos no”, expresó.
Para finalizar, la vecinalista sostuvo que “si la gente ayuda, el comedor abrirá todo el mes sino a medida que me alcance lo que tengo”.