El golpe cívico-militar-eclesiástico del ́76 fue el final de una escalada represiva con el que la derecha de entonces se proponía consolidar un estado de situación que terminara con los sueños de una Argentina políticamente soberana para decidir su futuro. Con independencia de poderes que, asociados al Estado, montaron fortunas endeudándonos a varias generaciones de argentinos y argentinas. El secuestro de niños, desaparición y muerte, cárcel y exilio fueron el resultado de su plan de exterminio. A nada dejaron de recurrir en su propósito de ejecutar las políticas definidas por el PLAN Cóndor. El costo fue altísimo. Pero también fue extraordinaria nuestra capacidad de resistirlo.
La lucha popular no es lineal ni ausente de contrastes. Con la obstinación de nuestras convicciones; militancias diferentes encontramos el camino para vencer los propósitos fascistas de esa iniciativa militar. Supimos sumarles solidaridad a esas fortalezas. Alumbrar, junto a otros y otras, una nueva oportunidad democrática. Continuar desde la pluralidad el acompañamiento de las luchas que sumaron Derechos en el camino que garantizó NUNCA MÁS UN GOLPE MILITAR.
Luchadoras y luchadores eternos, testimonio y continuidad de los que nos precedieron, seguimos presentes en las luchas de hoy. Tampoco la derecha ha cedido en su voluntad de protagonismo para continuar construyendo exclusiones políticas con injusticias sociales. La guerra judicial es su cara más significativa en el presente. A través de operaciones judiciales condiciona nuestras democracias. Un Poder monacal, se levanta por encima de los otros dos poderes del Estado. Sus lógicas corporativas construyen privilegios sectoriales y arbitrariedades para la mayoría excluida de su círculo social.
Presos y Presas políticas son la realidad que testimonia las consecuencias de una actuación judicial dirigida desde la embajada americana con sede en cada país de Latinoamérica donde hubo gobiernos que se parecieron a su gente. Terminar con este poder corrupto que niega justicia para los pobres y excluidos, actuando como mano de obra ocupada en consolidar democracias débiles. Amañadas a sectores económicos que medran con los privilegios de un Estado a su servicio. Nuestro compromiso de siempre es denunciarlos, construir alternativas, fortalecer democracias populares capaces de enfrentarlos.
No soltemos la mano de nadie, por eso pedimos por la libertad de los Presos y Presas políticas que en la actualidad continúan sufriendo la persecución iniciada por Macri. Que se ponga fin al accionar de jueces corruptos, instrumentos de esa guerra judicial. A la justicia racista que persigue pueblos originarios convirtiéndolos en víctimas de operaciones políticas dirigidas a inventar un enemigo interno. NUNCA MAS LOS SOTANOS DE LA DEMOCRACIA es hacernos cargo de militar para QUE SEA REALIDAD.
* Texto de construcción colectiva entre los integrantes del Instituto Futaleufú. Firma en su representación Patricia Berra DNI 16200659.