El ex Procurador General del Chubut, Eduardo Samamé, pasó por diferentes temas en una entrevista concedida a La Portada: la falta de crédito en la Justicia, el “protocolo Bullrich”, la relación del radicalismo con el PRO y la corrupción, que entendió es uno de los grandes males en este país.
Samamé no desconoció que actualmente la Justicia tiene una imagen desteñida a nivel social y recalcó asimismo que tanto el Legislativo como el Ejecutivo no se quedan atrás. Dijo que el ciudadano también debe realizar una reflexión profunda porque los integrantes de los poderes del Estado -en mayor o menor medida- son “emergentes de la gente que elige”.
“Si uno selecciona mal no puede arribarse a otro resultado que el que se tiene”, planteó el ex diputado provincial por la Unión Cívica Radical (UCR), agregando que tal vez la “despreocupación” lleva a votar en el cuarto oscuro a dirigentes poco capacitados ética e intelectualmente para ocupar cargos de suma trascendencia.
De inmediato trajo a la charla la figura del fallecido Mario Das Neves. “Es fácil -manifestó- demonizarlo sin tomar en cuenta que su poder fue otorgado por el ciudadano” a través de las urnas. No dudó en señalar que la administración del tres veces gobernador fue “corrupta desde el primer día” y que la Justicia lució abrumada desde el 2003.
Sostuvo que a Das Neves le tocó conducir las riendas de la provincia (sobre todo en los primeros años) bajo un contexto económico favorable y con un presidente como Kirchner que desembolsó en Chubut gran cantidad de recursos.
“Se derrochó capital que podría haber significado la estructura para que nunca más haya dificultades en Salud, Educación y Seguridad, por ejemplo”, advirtió.
Admitió luego que no le sorprenden para nada las explosivas causas de corrupción que mantienen como protagonistas a ex funcionarios provinciales y empresarios de la construcción.
“Desde que vine a Chubut en el año 74, siempre la obra pública estuvo sospechada”, afirmó sin vueltas.
No obstante explicó que antes los malos manejos solían estar vinculados con el financiamiento de las campañas electorales y no tanto al enriquecimiento ilícito personal. “Ahora se pasó a una organización donde la finalidad aparente era obtener plata para beneficio propio”, indicó en alusión a los casos “Embrujo” y “Revelación”.
Opinó también sobre el rol de los medios de comunicación y lamentó que siempre hubo cierta complicidad. “He leído que algunos se quejan del excedente de personal (en el Estado) pero veo que la única diferencia con los empleados públicos es que los medios no marcan tarjeta. Completan el pago de su equipo periodístico con la publicad oficial”, señaló.
No dudó al afirmar que la calidad de los medios hace a la calidad del sistema democrático y recordó, al mismo tiempo, que el periodismo nace como un contra poder, para ejercer el control sobre los gobernantes. “La lucha por la libertad de prensa es la lucha por la libertad de los ciudadanos, no es la convalidación de los actos de gobierno”, amplió.
UCR y PRO
Por otro lado, el abogado de naturaleza radical reprochó que en algunas decisiones el Gobierno de Mauricio Macri no conversa previamente con la UCR en tanto integrante de la alianza Cambiemos.
“Es cierto que si uno no es consultado en lo previo no tiene por qué hacerse cargo de las cosas que se definen”, dijo, marcando como ejemplo lo ocurrido con el aumento de servicios.
“Había posiciones del Poder Ejecutivo con las que uno estaba de acuerdo y aun así te las querían poner de prepo. Nada hay que imponerlo de prepo cuando estás conformando un equipo de gobierno”, agregó.
Estas declaraciones van en línea con la postura de varios radicales enojados con la falta de participación en el armado de políticas nacionales.
Ongarato, Arbilla y las elecciones
Samamé no tiene pelos en la lengua a la hora de declarar y decir lo que piensa. Es filoso. No se apoya en los eufemismos tampoco. Así es como aseguró que Sergio Ongarato “no es la persona más habilitada para estar al frente de la Intendencia de Esquel” y lo tildó de “mezquino”. De inmediato aclaró que no cree que sea una mala persona.
“Lo que sucede es que quienes surgen como alternativa me parecen peores que él, salvo una excepción”, aseveró.
Acotó que a su juicio una dirigente honesta es la Ingeniera Norma Arbilla, precandidata por el justicialismo.
“No la pondría en la descalificación a la que sí pongo a otros. Lo que digo de Ongarato no invalida que tenga una peor opinión de otros”, amplió.