La vacunación contra el Coronavirus sigue su curso a quince meses de iniciada la pandemia con la llegada de nuevas dosis al país. En muchas ciudades ya se amplió el esquema de vacunación para otros grupos de personas más allá de los considerados esenciales (personal de salud, educación y fuerzas de seguridad) y de riesgo como los adultos mayores y quienes padecen determinadas patologías.     

Si bien es cierto que muchas personas recibieron la primera dosis también es real que aún muchos esperan a ser convocados para su aplicación. Es que el tiempo transcurre y la ansiedad, como es de esperarse, crece cada día.

A ello debe sumarse la incertidumbre de quienes recibieron la primera dosis y aguardan la aplicación de la segunda porque el lapso de los tres meses entre una y otra aplicación pasa rápidamente.     

En la jornada de ayer Carla Vizzotti, Ministra de Salud de la Nación, aseguró en contacto con la prensa que “se completarán todos los esquemas de vacunación” con las dos dosis correspondientes. Y destacó que “se ha superado lo previsto” y se está vacunando “a 7.600.000 personas por mes”.

La funcionaria nacional manifestó que “tenemos expectativa de recibir más vacunas del componente dos″. Explicó, además, que “las vacunas aplicadas no pierden su efecto. Sí, a medida que pasa el tiempo, bajan los anticuerpos, pero nunca se pensó en no dar una sola dosis. Se van a completar esquemas”.

El esfuerzo del Gobierno por traer al país todas las dosis posibles es destacable, pero también entendible la ansiedad de la población.

 También es justo decir que en tanto llegan los turnos de vacunación – ya sea de la primera o segunda dosis – la única que defensa que tenemos es sostener las medidas sanitarias de prevención. Esas medidas que aun estando vacunados (incluso con ambas dosis) no debemos dejar de tener presentes cumpliéndolas y haciéndolas cumplir si eso fuera necesario. De nosotros depende el cuidado personal en beneficio propio, de nuestras familias y de todos los miembros de cada comunidad.