El almacén de ramos generales cumplirá en breve nada más y nada menos que 94 años de vida. Nació allá por la década del 20 en una ciudad que recién comenzaba a florecer. Indudablemente, Casa Los Vascos es una pieza fundamental en la identidad de Esquel.
Cuando en el país esta clase de establecimientos comerciales tienden a desaparecer y pierden terreno, Casa Los Vascos sigue firme como el primer día. Lejos del ocaso, mantiene una clientela fiel conformada por locales y vecinos de diversos puntos de la zona.
Productos alimenticios, herramientas varias, clavos, calzado de calidad, indumentaria, toallas, artículos para la limpieza del hogar, telas, bebidas, fiambres, quesos, ollas. La lista de todo lo que podría encontrarse allí es interminable, al igual que esas grandes estanterías que ambientan el sitio.
No es sólo la variedad aquello que caracteriza a este negocio familiar que va camino al centenario. El edificio también aporta lo suyo. La esquina de 25 de Mayo y 9 de Julio se conserva inalterable pese al correr de los años y permite hacer un viaje a los típicos almacenes del siglo XX.
Ángel “Lito” Valbuena atendió en su oficina a diario La Portada y en una charla de largos minutos repasó con aguda precisión los inicios del emblemático comercio que desde hace varios años dirige junto a su querida hermana Ema.
Recordó que en los albores del siglo pasado su padre (también de nombre Ángel) llegó a la Argentina proveniente de España, precisamente de la Provincia de León. Con apenas 15 años decide radicarse en Bahía Blanca, donde recibe una valiosa educación.
Instalado en el país, en Ingeniero White, don Ángel Valbuena se entera de que en Trelew habría una oportunidad laboral que no podía desaprovechar. “Se presentó en los escritorios de la Sociedad Anónima y le dijeron que había una vacante de contador en Ñorquinco”, reveló.
En su relato, “Lito” mencionó a otro hombre clave que motivó el arribo de la familia a Esquel. Su apellido: De la Vega. “Mi padre aceptó la idea y se vino para la ciudad con él. Los trajo Manuel González”, detalló con una memoria prodigiosa.
En ese contexto es que se gesta Casa Los Vascos. En septiembre de 1926 abrió sus puertas. Esquel, por supuesto, era muy distinto al que conocemos en la actualidad. El edificio de 25 de Mayo y 9 de Julio tenía otra apariencia. Cabe mencionar que en 1946 se llevó adelante una remodelación completa.
De la Vega no sólo resultó ser socio. Con el tiempo se convirtió en un miembro de la familia ya que su hermana terminaría uniéndose a don Ángel Valbuena. “Mi padre estuvo al frente de la Casa hasta los 80”, subrayó, agregando que con sus hermanos de muy chicos empezaron a trabajar en el negocio.
Explicó que el establecimiento fue creciendo de la mano de los viajeros de comercios quienes permitían aumentar la oferta de productos y llenar las estanterías. “Acá trabajó mucha gente”, dijo desde su escritorio personal, rodeado de libretas, apuntes y carpetas.
“Mi padre le puso Los Vascos en razón de que estaba lleno de vascos en la ciudad. En septiembre vamos a cumplir 94 años”, agregó orgulloso por el recorrido. Es uno de los locales más antiguos de Esquel, quizás sólo superado por Supermercados La Anónima.