Desde el pasado 20 de marzo – e incluso antes – la rutina de los argentinos cambió por completo a causa de la cuarentena dispuesta por el Gobierno Nacional para intentar minimizar los efectos de la pandemia ocasionada por el COVID-19.

En este marco surgieron innumerables muestras de solidaridad de vecinos que ayudan a quienes más lo necesitan como así también de quienes reconvirtieron su actividad para fabricar insumos que permitan a los profesionales de la salud hacer frente a la pandemia.

Pero como suele suceder también resurgieron los oportunistas de siempre que sólo piensan en su propio beneficio. En este lamentable grupo están los grandes empresarios que despiden a sus trabajadores haciendo caso omiso de un decreto presidencial que lo impide, quienes reducen salarios y quienes profundizan la precarización laboral.

A ellos se le suman los grandes comerciantes quienes aprovechan una pandemia – que ya se cobró la vida de miles de personas en el mundo – para remarcar a diario los precios de los productos más necesarios, empresas que incrementa la tarifa de servicios esenciales (internet, telefonía celular, etc.) y tarjetas de crédito que cobran conceptos nunca antes visibles en los resumes.   

Parecen no entender la grave situación de la población que ve reducida su capacidad de trabajar y por ende de generar ingresos. Olvidan a las trabajadoras de casas particulares, a quienes realizan diferentes oficios, a quienes no tienen un trabajo formal. La ambición no les permite ver más allá ni tener un mínimo de empatía con el resto de la población. Ellos son los de siempre, los que siempre ganan, a los que el prójimo nunca les importa.

Y en este contexto tan poco alentador por la afectación de la economía están quienes continúan haciendo un esfuerzo por brindar un servicio a la comunidad y preservar fuentes laborales. Allí se ubica esta Cooperativa de Trabajo que edita Diario La Portada.

Hoy, como nunca antes, realizamos un enorme esfuerzo para tener cada miércoles nuestra edición papel en la calle y continuar a diario con la actualización de la información desde la página web. El desafío es enorme y las dificultades económicas múltiples, pero consideramos necesario hacer este esfuerzo para continuar informando a la comunidad.

Ansiamos poder sortear este difícil momento, sin embargo el futuro es incierto. Nuestra única certeza es la confianza de nuestros lectores – la cual valoramos – y auspiciantes a quienes agradecemos su acompañamiento pese a que el sector comercial también siente el impacto negativo de la inactividad. “Nadie se salva solo”, se escucha decir por estos días y esa es una gran verdad.