Homenaje al doctor Navarro: “Chanico” reconocido

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Desde este miércoles el barrio Unificado de Esquel lleva oficialmente el nombre de Roberto “Chanico” Navarro. La noticia llenó de alegría a la familia de este reconocido médico cirujano que partiera hace nueve años, dejando un cálido recuerdo en la memoria de todos aquellos que lo conocieron.

Nenina Marañon de Navarro recibió en su casa a diario La Portada y junto a sus dos hijas recordó a “Chanico”: esposo, padre de cuatro hijos, abuelo de nueve nietos, un bisnieto y amigo de sus amigos. Esta vecina afirma que representa básicamente “un gran honor” y un “sentimiento muy fuerte” la designación de un barrio con el nombre de su compañero de toda la vida.

No cabe dudas que para Nenina fueron días muy intensos, movilizadores. “Es una alegría inmensa”, reconoce sin vueltas al ser consultada por la iniciativa que impulsaron los mismos vecinos del 50, 74 y 100 Viviendas. Dice que es un reconocimiento especial a quien se brindara por completo al servicio de la comunidad.

Se le ilumina el rostro cuando habla de Roberto, más conocido como “Chanico”. “Él vivió para sus enfermos, amigos, pacientes y familia”, sostiene mientras su hija mayor, Fabiana, está a cargo de cebar los mates. “Todo ese amor que supo dar es la causa de esta mención que realizará la querida gente del barrio”, añade.

Destaca que no tenía horarios cuando de trabajar se trataba. No le importaba el día ni el momento. Si había una urgencia, allá salía corriendo con su maletín. “Su vida eran los pacientes”, remarca. Tuvo su faceta política. Fue militante del PACh y de la Unión Cívica Radical (UCR). También candidato a intendente en dos oportunidades.

Cómo llega a Esquel

“Chanico” nace en Tucumán a fines de los 30. Hijo de un enfermero, de quien heredó seguramente su pasión por la medicina y la entrega por los más desprotegidos. Cursa sus estudios universitarios en esa provincia del norte argentino. “Lo conocí en Monteros, mi pueblo. Éramos los dos jovencitos”, revela con una sonrisa gigante.

Explica que ella tenía casi 20 años cuando vinieron a la ciudad. Escogieron Esquel por recomendación de un amigo librero. La presencia de profesionales de la salud era más que necesaria en un pueblo que allá por el 67 estaba empezando a crecer tímidamente. Doce mil habitantes, calcula. “Su primer trabajo fue en el Don Bosco, donde hoy hay un jardín maternal”, comenta.

“Amamos la localidad desde el primer día”, acentúa sin titubear. A lo largo de su carrera en la medicina, “Chanico” pasa por el dispensario en el Don Bosco, el Hospital Zonal, la Clínica Modelo y la Clínica Esquel. La literatura y la pesca, dos de sus pasiones. “Escribía muchísimo”, cuenta Nenina en la entrevista.

Provocar sentimientos

Dicen que generaba un clima especial donde le tocaba estar. Siempre aportaba su cuota de humor e inteligencia. “Le encantaba provocar sentimientos y sensaciones en la gente. Iba a un cumpleaños y se le ocurría algo. Agarraba una servilleta de papel, escribía y esperaba que el cumpleañero lea”, comenta Fabiana.

Desborda de satisfacción cuando habla de la designación en el Unificado, que será oficial mañana jueves. “Cuando me enteré fue abrumador. Pensar que la gente lo quería tanto. Uno nunca llega a dimensionar ese tipo de cosas. Es algo que me despierta mucho honor. Es fuerte emocionalmente”, reconoce orgullosa de su padre.

Recuerda además que puertas adentro era un hombre correcto, afectuoso y, al mismo tiempo, exigente. “Había que acostarse a las 22 horas. Teníamos que dejar todo ordenado. Ir bien en la Escuela era una obligación. La sopa era una fija todos los días. Papá era ordenado. Cuando nació Santiago, el más chico, se calmó un poco”. Ríe.

Algunas lágrimas sobrevolaron la charla. Lógicas cuando se evoca a un ser querido. “La palabra más fuerte que me sale en este momento es un gracias. Gracias por tanto amor demostrado por la gente para poner el nombre de Chanico al barrio. Lo digo en representación de mi familia. Es un gracias enorme”, cierra Nenina.