En la Escuela 713 arreglaron una caldera, pero necesitan una bomba para reparar otra

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Las calderas, un problema recurrente y que con la llegada del frío se vuelve a hacer sentir en escuelas de la región. En este caso, la 713 que ya ha sufrido por esta cuestión en más de una oportunidad y tuvo la instalación de una nueva el año pasado, se encuentra a la expectativa de solucionar desperfectos actuales.

La semana pasada se vieron obligados a perder días de clases en algunos cursos porque falló la caldera más nueva. “Con las temperaturas más frías se notó, vino Obras Públicas y uno decía que era el medidor, el otro que era Camuzzi, una falla de presión. Tuvimos varias idas y vueltas”, indicó el director del establecimiento educativo.

Sin embargo, pudieron solucionarlo el viernes pasado y esta semana el dictado de clases inició con normalidad. Admitió que no esperaban que ocurra esto porque “es una caldera nueva, hace un año solamente que está y nos ocupa casi el 80% de la escuela, la mayor cantidad de aulas está en ese sector”.

No obstante, hay otra que es más vieja y también presenta desperfectos. “Tiene tres bombas y una de ellas se quemó”, explicó Alba. Señaló que “no está ni cerca de su capacidad máxima para la calefacción”.

El director confirmó que envió el presupuesto para la compra del repuesto y la respuesta fue que “en Rawson lo compraban”. Aún así, no le dieron ninguna fecha para que esta adquisición se concrete. “Mientras no haga frío, está todo bien, pero si baja más la temperatura es probable que la calefacción no alcance”, subrayó.

Otra cuestión que deben solucionar es el funcionamiento de la alarma. Alba resaltó que viene activándose en diferentes momentos donde no hay nadie en la escuela, como los findes de semana. “Tuvimos que traer a un técnico y ahora va todo a Delegación para que compren los repuestos y poder ponerla en funcionamiento nuevamente”, dijo el director del colegio.

Cursos al límite de alumnos

El docente, que asumió la dirección del colegio el 4 de marzo pasado luego de la jubilación de Claudio Ferrero que se concretó en diciembre, contó que ha crecido la matrícula en la 713 este año y actualmente los cursos se encuentran “casi al límite”. “Tenemos más de 30 cursos en funcionamiento”, detalló y reveló que casi todos tienen entre 29 y 31 estudiantes.

Por lo cual, todos los inconvenientes que llevan a suspender horas de clases son una complicación para muchas familias y, principalmente, los estudiantes no pueden tener la escolarización que deberían. “El espacio físico tampoco nos da. Tenemos un patio interno y un SUM que se está usando siempre con Educación Física, el lugar de movilidad que tienen los estudiantes es reducido”, detalló.

El edificio escolar cuenta con actividad desde las 7.40 de la mañana hasta las 22, un total de 15 horas donde constantemente circulan personas y necesitan las condiciones básicas para permanecer allí.