En el Campo Experimental Agroforestal del INTA en Trevelin nació la bautizada “Cebada Patagónica”. Hoy es insumo de diferentes establecimientos cerveceros y productores de la zona cordillerana.
La “Cebada Patagónica INTA” se presentó de manera oficial hace unos días. Tiene un doble propósito: por un lado el forraje para los animales de campo y, por el otro, materia prima para la elaboración de cerveza artesanal.
En diálogo con diario La Portada, Walter Matthiess, profesional de INTA, explicó que todo empieza hace aproximadamente dos años cuando “nos propusimos armar un semillero de cereales en Esquel”.
Precisó que a nivel Patagonia “no hay semilleros de cereales” y que eso significaba un desafío. “Es importante tener uno para contar con materia prima adaptada a las características de la zona”, planteó.
Confió que normalmente el productor compra la semilla en el norte del país. “Hay algunas que andan bien y otras que no. Suele suceder que uno encuentra una variedad buena y a la otra temporada ya no se consigue”, aclaró.
Afirmó que la visión del semillero de cereales de INTA Esquel es abastecer no sólo al Valle “16 de Octubre” sino que también a la Patagonia en su conjunto. “El proyecto que arrancamos dos años atrás ya lo concretamos”, dijo.
Ante el INASE
Dejó en claro que recibieron el visto bueno del INASE, el instituto que certifica la calidad de las semillas en el país. Destacó que en ese marco “también inscribimos la denominada Cebada Patagonia INTA”.
Indicó el especialista que esta variedad superó diferentes pruebas y que los ensayos arrancaron en el Campo Experimental Agroforestal que la institución posee en el paraje de Aldea Escolar, cerca de Trevelin.
Subrayó que a fines del año pasado “por primera vez la hicimos a escala regional, es decir que se comercializó. En el Valle 16 de Octubre hay cerca de 30 hectáreas sembradas, en la Comarca otras 10 y en el Virch también”.
Esta semilla es propiedad de la Cooperadora de INTA. El espacio “la multiplica y la vende a productores. Después eso se le da en comida a los animales o bien la mandan a maltear para hacer cerveza artesanal”, contó.
Es una cebada doble propósito: forraje y cerveza. “Los
cerveceros de la Cordillera normalmente importan la malta de la zona pampeana o de Chile. La idea es maltearla de manera local “, señaló.
Sostuvo que “buscamos potenciar el concepto de producción kilómetro cero. El lúpulo y el agua la tenemos acá. Estaba faltando la malta que es un componente importante. La intención es producirlo acá”.
En un encuentro realizado días atrás “salió que la malta producida acá -acotó- rinde un 20% más y posee una calidad mayor que las de afuera. El tema que al maltearse poco quizá el costo es un poco superior”.
Un Valle con potencial
Por otro lado, aseveró que el Valle “16 de Octubre” posee un gran potencial y detalló que todos los años se siembran unas 200 hectáreas de cereales varios, aproximadamente. El destino es forrajero.
“Si toda esa superficie se transformara en cebada para malta alcanzaría para abastecer a todas las cervecerías de San Carlos de Bariloche, El Bolsón, Esquel y Trevelin, por ejemplo”, manifestó.