Con la convicción que los caracteriza los vecinos que integran la Asamblea por el No a la Mina resisten la intención del gobierno provincial de avanzar con la zonificación minera anunciada la semana pasada y que afectará a la meseta.
Y si bien el gobernador Mariano Arcioni asegura que la cordillera y el río Chubut “no se tocan” y que “la tecnología ofrece alternativas muy eficientes para desarrollar otro tipo de minería”, lo cierto es que muchos descreen de sus palabras.
Los vecinos suponen que este avance para instalar la megaminería en la zona de la meseta es un paso previo a la extensión de la actividad en otras regiones de la provincia. Teniendo en cuenta esa posibilidad realizaron ayer – y también lo harán en la jornada de hoy- diversas actividades para expresar el rechazo a esta iniciativa de zonificación. Desde tiempo atrás, los vecinos, sostienen que la meseta no de ser “zona de sacrificio”. Luchar en defensa del medio ambiente implica una mirada amplia y es así que está planteada la resistencia.
En este contexto también es importante recordar que la decisión de avanzar con la zonificación minera no es casualidad. En ocasiones solicitar constantemente ayuda económica al Gobierno Nacional para abonar sueldos tiene un precio elevado. Nada, en términos de negociaciones políticas, es a cambio de nada. Creer lo contrario es, cuando menos, pecar de ingenuo.
Es entonces imprescindible que la clase política de Chubut dedique tiempo y esfuerzo en delinear un proyecto económico que no hipoteque el futuro de las generaciones futuras. La explotación minera, por lo peligroso de su impacto social y ambiental, no puede ser una opción. Se debe, necesariamente, encontrar otro camino para un desarrollo productivo que contenga a toda la población.
La lucha en defensa de la vida está vigente en diversas regiones de la provincia y no parece que pueda ser acallada con palabras que reflejan dudosas promesas. Esta lucha inició tiempo atrás, con notable repercusión nacional e internacional, y quizás será “para siempre”.