Columna de Opinión: Las mineras y el vampirismo neoliberal

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Por Sergio Espinoza – Periodista

Todos somos protagonistas de un hecho social en la provincia. Largas filas de personas para presentar un currículum a las mineras. Algo, que a nuestra vista pareciera extraordinario, suena a la utilización propagandística de la desesperación humana.
Una simple búsqueda de empleo se transforma en un hecho político y comunicacional.
Una manera de justificar la necesidad del desarrollo megaminero en Chubut. Un teatro de operaciones frente a nuestras ingenuas narices.
Una imagen futurista de esas películas bizarras que presagia el fin de la humanidad tal cual la conocemos. Es la degradación de la voluntad humana y la demostración cabal de la acción política incapaz de proponer una alternativa superadora.
Así lo entienden aquellos que usufructúan la descomposición social y succionan la sangre de los pueblos sin apertura al futuro.
Es la cara más descarnada del neoliberalismo. Es el Holocausto silencioso. Es el campo de concentración de la Nueva Era. El  Austwichz del Nuevo Siglo.
Es el relajo del político de turno. El descansar de sus conciencias sin respuestas. Es la solución urgente a su política sin ideas.
Las mineras traen consigo el vampirismo neoliberal. Lo peor de la sociedad moderna. El Ejército de ocupación. La violencia sistémica de un mundo en decadencia.
Este hecho social, político y comunicacional, es la representación más acabada del final de un ciclo. Humano, por supuesto.
Todos somos contemporáneos de esta realidad que incide en nuestro pensar y mirar el mundo. Un estilete de precisión cuya incisión penetra hasta los huesos de nuestra civilización.