Susana Villa es docente jubilada, se crió en una familia donde siempre se inculcó la cultura del reciclaje y ella logró salir adelante junto a sus cinco hijos con sus propias creaciones. Hoy no sólo es un ingreso familiar sino también un estilo de vida y una manera de contribuir al medio ambiente. La llaman “la doctora muñecas” porque se dedica a repararlas, vestirlas y darles vida. Recicla todo lo que ve a su paso y le imprime su creatividad. Los domingos se la puede encontrar en la feria de la Escuela 112.
“Susi”, como la llaman todos los que la conocen en la ciudad, confió en diálogo con La Portada que el reciclaje la ayudó a sobrevivir y a salir adelante con sus cinco hijos. Ella nació y se crió en una familia de recicladores. Su abuela, que era vasca y se había criado fuera de Argentina, le enseñó a no tirar y a reciclar. Mientras que en su casa nunca se acostumbró a comprar, su papá le decía que eso no correspondía a una vida normal y que debían ver cómo se desarrollaba la mente a través del cuidado del planeta. “Hoy yo me doy vuelta en mi casa y todo es reciclado”, contó orgullosa Susana.
Asimismo relató que el reciclaje en su vida “comenzó como una necesidad en un barrio muy solidario como es el Matadero porque tenía cinco hijos y esto implicaba un ingreso familiar así que los vecinos me ayudaron mucho”. Al tiempo que aseguró que “fue una idea para sobrevivir, además de una forma de vida, porque era docente pero daba pocas horas para poder dedicarme a mi familia”.
Susana empezó vendiendo todo lo que creaba en la puerta de su casa y después pasó a hacerlo en la feria de la Escuela 112 donde está hoy actualmente. “En mi casa no hay tachos de basura y todo lo que regalo es reciclado. Mis hijos se criaron así y hoy toda la familia recicla”, destacó.
En su casa se armó su propio taller donde la imaginación y la creatividad emprenden vuelo. Sus herramientas son sus manos y el tiempo. Su especialidad son los muñecos y por eso la llaman “la doctora muñecas”. Así encuentre una cabeza, un cuerpo o una cara sin ojos, ella lo repara y le da vida. “He visto que se tiran mucho o compran nuevos porque se ensucian pero se pueden desarmar, poner en lavandina toda la noche y ensamblarlas”, manifestó.
Susana también se toma el tiempo para hacerles ropa y vestirlas. “Si al muñeco me lo dan lo llevo al hospital pero si lo compro lo vendo porque es un ingreso más en mi casa”, declaró la docente jubilada quien hoy se encuentra viviendo los embates del pago escalonado y percibe una magra jubilación.
Recicla todo lo que ve a su paso pero lo que más utiliza son muñecos, pedazos de baldosas, cd´s, bidones de agua de seis litros y tachos de pintura grande. Con estos últimos hace sillones para los muñecos. Los que quieran colaborar pueden acercarse todos los domingos a la feria de la Escuela 112 o comunicarse con ella al 2945-548154.
Susana integra el “Grupo de vecinos en defensa de la Planta” y estuvo presente en la primera visita que hicieron a la misma. “Hace ocho años funcionaba desde un lugar fantástico y el otro día no me paraban de salir las lágrimas porque vi que había mil cosas que servían y no se estaban reutilizando. Me dolió la falta de la mirada del otro porque reciclar es eso, ver al otro”, lamentó.
Susana ve la basura y ya se imagina lo que puede ser como así también la cantidad de personas que podrían reciclar como ella. “Yo no tengo auto pero tengo ganas, sé tejer y transformo el hilo en algo maravilloso. En reciclar está la clave de muchas cosas y es una terapia. Hay que enseñarle al otro que es importante no seguir cargando a Esquel y al mundo con cosas materiales. Además, es un sistema de vida, no sólo porque podés ganar unos pesos sino también la vida”, concluyó.
Tu basura, mi tesoro
Andrea es hija de Susana y adoptó el reciclaje como una forma de vida tras una capacitación que realizó en Artes Industriales. Vivió varios años en San Juan donde asegura que el manejo de los residuos es totalmente diferente al de esta ciudad. “Allá uno pide los materiales que necesita por internet y te los acercan al municipio más cercano a tu casa”, explicó. Su deseo es que se agilice el funcionamiento de la Planta en este sentido.
Se define como artesana, su mente y sus manos son los artífices de su creatividad y su ingenio para elaborar diversos productos. “Con botellas de vidrios, ruedas y pallets se puede hacer una pared de dos metros y rellenarla con basura”, contó.
Ella en San Juan tenía facilidad para conseguir los soportes e insumos que necesitaba para crear pero advirtió que eso acá no existe. “Me vine unas vacaciones a Esquel y me las banqué con lo que hacía pero me quedé sin cosas y me enseñaron a hacer atrapa sueños. Me hablaron de la técnica del cd y así empecé”, relató.
Andrea comentó que lo primero que hizo en reciclado, en producción en serie y en cantidad, fue reciclar botellas. “El sistema para recolectar cosas es más fácil en San Juan que en Esquel porque acá tuve que ir a la Planta de Tratamiento, que no sabía dónde quedaba y cuando fui no pude encontrar al encargado así que me tuve que volver”, lamentó.
Al tiempo que explicó que en San Juan hay una planta que recicla entonces se pueden pedir los materiales que uno necesita por internet y te los acercan al punto más cercano a tu casa. “Acá tuve que presentar una nota, tardaron veinte días en contestarme y en ese periodo me quedé sin paño, sin vender, cuando vivo de esto. Después me entregaron los cd´s todos sucios y con alambres”, recordó.
Señaló, además, que la gente cuando empezó a ver que hacía plata con los cd´s, ya no se los regalaba sino que se los empezaba a cobrar más caros que si los comprara nuevos. “Yo tengo la idea de que tu basura es mi regalo”, expresó y agregó que “si yo te recibo un cd, te doy una mandala”.
Por último Andrea planteó que hoy en la ciudad “no hay gestión ni coordinación entre los que sabemos reciclar, los que tienen la materia prima, los que la entregan y el intendente que autoriza a hacerlo. Se tiene que acortar la brecha entre lo que llega a la Planta y los que necesitamos estos insumos porque no sólo estamos ayudando al medio ambiente sino también a reutilizar los residuos y a generar conciencia. Hay que tomar la decisión de trabajar en esto para que en el futuro el planeta sea mejor o no termine tan destrozado como está”.