La emoción no le cabe en el pecho a Keila Falcón. Y no es para menos. Esta semana salió a la venta su primer libro titulado “Silencio Vacio”. Repasa una experiencia personal dura marcada por la ansiedad y el trastorno alimenticio, dejando al mismo tiempo un claro mensaje de superación.  

Keila tiene 23 años y estudia Laboratorio Clínico, en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Lejos de casa, en la gran ciudad y en medio de una crisis, empezó a cultivar una pasión que no sabía tenía dentro: la escritura.

“Estos últimos días los viví con mucha adrenalina”, cuenta en una charla con diario La Portada. Hace no mucho le enviaron desde la editorial (con base en Buenos Aires) un número importante de copias. También estará disponible en versión online.

Revela que en el libro cuenta una experiencia personal relacionado directamente con “mi cuadro de ansiedad y trastorno alimenticio. Hablo de mis distintas vivencias y recaídas, cómo fue buscar apoyo. Me enfoco además en cómo se puede salir adelante”.

No lo duda. Espera que el Silencio Vacio sea de ayuda para todos aquellos (jóvenes principalmente) que atraviesen por situaciones similares, de dolor. “Mi idea es poder llegar al otro por medio de la escritura”, indica entusiasmada.    

Amor desde el dolor

Comenta que su pasión por el mundo de las letras nace a raíz de una desgracia familiar, hace largos tres años. “Empecé a escribir en momentos difíciles. En principio eran cuestiones aisladas. No pensaba en un libro. Siempre fueron fragmentos chicos de una hoja”, describe.  

Dice que el “clic” sucedió cuando su psicóloga le pide una terea: escribir su vida brevemente. “Cuando me quise acordar ya tenía más de 40 páginas y me faltaba un montón”, se ríe. Confiesa luego que no dio muchas vueltas a la hora de contactar a la editorial y hacer la impresión.     

“Mi objetivo principal es no mostrarme yo sino ayuda a otra persona”, reitera y rápidamente agrega que está 100% disponible si luego de leer el Silencio Vacio alguien quiere contactarse con ella. “No tengo drama en responder, al contrario”, acota.

Enganchada

Keila asegura que no será el primer y último trabajo literario. “Quedé enganchada con todo; escribir, hacer la tapa, llamar a la editorial, busca un nombre”, explica. Avanza en otra propuesta pero de diferente temática. “No sería una suerte de descarga sino desde el lado pasional”, amplía.

Silencio Vacio puede conseguirse en la Librería Macayo. Los interesados en contactarse con Keila pueden hacerlo al correo silenciovacio07@gmail.com