Con ayuda de su familia, los jóvenes Nazareno y Agostina abrieron hace un año el merendero Hora Feliz en la casa de uno de ellos con el fin de contener a los niños del barrio Badén. Sin embargo desde hace unos meses comenzaron a brindar viandas ante la gran necesidad que viven muchas familias por la pandemia y hoy se encuentran asistiendo a más de 160 personas. Necesitan donaciones para poder sostener el comedor.

Nazareno Campos, uno de los jóvenes impulsores del merendero “Hora Feliz” que ahora se convirtió en un comedor, contó en diálogo con La Portada que antes de la pandemia se encontraban brindando la merienda los días lunes, miércoles y viernes de 16 a 19 horas en la casa de Agostina a más de 30 niños y niñas del barrio Badén.

La propuesta surgió con el fin de brindarles contención a los chicos del barrio, sacarlos de la calle y asistirlos con alimentos ya que advirtieron que muchos no tienen qué comer porque sus padres se encuentran sin trabajo. 

“Nosotros veníamos trabajando en la casa de Agostina y al ver que con la pandemia había mayor necesidad de alimentos, comenzamos a repartir viandas a 15 familias durante la noche en el horario que estaba permitido circular”, explicó el joven.

Siempre fue un proyecto pendiente contar con un espacio donde cocinar ya que la casa de Agostina se les hacía chica para la demanda que tenían. Pidieron hacerlo en la sede vecinal del barrio Badén, que cuenta con una cocina habilitada, pero nunca recibieron respuestas. Finalmente hallaron un lugar y buena predisposición en el Centro Comunitario del barrio. “Cristina y Eleonor nos ofrecieron trabajar en este espacio así que estamos más que agradecidos con ellas”, destacó.

Hoy entregan viandas de lunes a viernes a más de 160 personas del barrio Badén, Lennart Englund y alrededores. El comedor se sostiene gracias al esfuerzo y las donaciones de los mismos vecinos. Sin embargo Nazareno reconoció que están viviendo una situación complicada y que necesitan ayuda para sostener la asistencia alimentaria. “Lo que más necesitamos es carne, pollo y verduras”, aseguró. Aunque manifestó que “todo es bienvenido”.

Las donaciones se pueden acercar al Centro Comunitario del Barrio Badén, ubicado entre las calles Los Sueños e Indígena, o comunicarse con Nazareno al 2945-643452.

El joven contó que se encuentran analizando la posibilidad de llegar a 200 vecinos por la demanda alimentaria que hay en la ciudad. Sin embargo planteó que eso dependerá de la cantidad de donaciones que reciban. “La gente que se acerca a retirar su vianda es porque lo necesita, la mayoría está sin trabajo y lo poco que ganan lo gastan para pagar los servicios entonces no les alcanza para la comida”, expresó.

Nazareno sostuvo que la idea es volver al merendero una vez que pase la emergencia alimentaria. Hoy se encuentran cocinando viandas con ayuda de su familia y vecinos en el Centro Comunitario del Badén pero una vez que se retomen las actividades deberán buscar un nuevo espacio.

Por último el joven declaró que “necesitamos donaciones para que pueda avanzar el comedor porque sin alimentos no podemos ayudar a la gente”, y adelantó que se encuentran trabajando en más proyectos para el barrio.