La vecina Marta Rodríguez hace seis años que brinda de manera gratuita un taller de corte y confección los miércoles y viernes de 15 a 18 horas en el Centro Comunitario del Barrio Ceferino. Los grupos son reducidos por la contingencia sanitaria. Es abierto a toda la comunidad. Hoy está enseñando a coser mantas a las personas que lo necesitan y también para donar.
Desde chica su mamá le enseñó que la ropa podía reutilizarse y que con pequeñas cosas se podía hacer mucho. Sólo había que poner la creatividad en marcha y tener ganas de aprender, dos condiciones que a Marta nunca le faltaron. Ella estudió corte y confección para hacerle ropa a sus hijos pero cuando se hicieron grandes no sabía qué hacer con esa vocación y pensó en que debía compartir ese conocimiento. Fue así que decidió iniciar con el taller en el Centro Comunitario del Barrio Ceferino.
“Me parecía importante hacerlo para que la gente sepa que no es difícil aprender a coser y que se puede reciclar la ropa que tenemos”, confió Marta Rodríguez en diálogo con La Portada.
El taller funciona los miércoles y viernes de 15 a 18 horas en el Centro Comunitario del Barrio Ceferino. Es gratuito y abierto a toda la comunidad. “Yo no cobro nada por esto, lo doy porque me gusta hacerlo y porque quiero que la gente aprenda y también sepa que se puede salir adelante en esta situación tan difícil que estamos pasando”, sostuvo la costurera, quien a su vez tiene un taller en su casa para trabajos personales. Se la puede contactar a su teléfono 02945-500976.
En el taller se hacen desde pequeños remiendos hasta mantas, alfombras, bolsos, ropa para perro e individuales con cortinas de baño y vaqueros. Todo sirve y todo es posible.
Marta también contó que se encuentran haciendo mantas como cada invierno. “La gente va y lleva cosas para cortar. No nos podemos juntar muchas mujeres así que vamos entre dos o tres, cortamos los cuadraditos y los pasamos por la máquina”, explicó.
En este sentido sostuvo que quienes necesitan mantas están yendo al taller a cortar tela y a aprender a hacerlas. “Una le da la idea para que quede bonita”, destacó.
Reciben todo tipo de ropa y la que no tiene arreglo se corta y se usa para coser las mantas. Mientras que los retazos se usan como rellenos de colchones para perros. También confió que hay mucha gente que va a hacerle ropa a sus mascotas.
Por último Marta expresó que le gusta transmitir su conocimiento a las personas que lo necesitan. “Yo enseño a hacer un cambio de cierre, achicar ropa, remendar, y ya con esto tienen una entrada de dinero. Con creatividad y con ganas se puede salir adelante”, finalizó.