La iniciativa fue presentada hace 3 años por la Secretaría de Género del Sindicato de Obreros y Empleados Municipales de Esquel y Zona Oeste en conjunto con el Consejo Municipal de la Mujer. Hace unas semanas se reactivó el pedido y se adhirió un protocolo de actuación. Se trata de una licencia específica para las trabajadoras municipales que sufran violencia de género e intrafamiliar. Se pretende que cuenten con un tiempo prudencial para realizar trámites y recibir atención psicológica como así también asesoramiento legal.

Graciela Avilés, presidenta del Consejo Municipal de la Mujer y quien está a cargo de la Secretaría de la Mujer, Igualdad y Género del Sindicato de Obreros y Empleados Municipales de Esquel y Zona Oeste, contó en diálogo con La Portada que se encuentra trabajando para reflotar el proyecto de licencia por violencia de género para las empleadas municipales.

El mismo había sido presentado hace 3 años por Marcela Fernández, quien se encontraba a cargo de la Secretaría de la Mujer del SOEME y ZO, en conjunto con Avilés, del Consejo Municipal de la Mujer. “Hace unas semanas terminamos de adherir el protocolo de actuación y estamos trabajando fuertemente en este sentido”, expresó.

Avilés explicó que “se trata de una licencia específica para las mujeres municipales que viven violencia de género e intrafamiliar”, y destacó que se añadió un protocolo para estipular cómo se actuaría ante esta situación.

“Se propone un tiempo prudencial para que las mujeres realicen sus trámites y accedan a sus hogares, se define quiénes intervendrían y se garantizaría un acompañamiento psicológico y legal para sostenerlas en esta etapa tan difícil y larga”, planteó.

La presidenta del Consejo Municipal de la Mujer advirtió que hubo un incremento de consultas y llamadas durante la cuarentena. “Nos solicitan acompañamiento y asesoramiento a través del teléfono y las redes”, aseguró.

Asimismo contó que “se han presentado muchas situaciones de mujeres que están en la calle porque han tenido dificultades en sus hogares y han tenido que salir así que estamos trabajando de manera articulada con Desarrollo Social y han podido ingresar al Refugio Cumelcan”.

Sin embargo Avilés sostuvo que se necesita un espacio más grande. “Lamentablemente el Cumelcan siempre está colapsado y más aún en esta situación de pandemia donde muchas mujeres han tenido que salir de su hogar y no tienen tiempo de buscar otro lugar”, manifestó.

Asimismo sostuvo que hablar de un lugar más grande significa que cada vez hay más víctimas de violencia de género. “Es una realidad y por eso también estamos pensando en un proyecto de casas tuteladas pero como un lugar de paso donde puedan reorganizar sus vidas”, indicó.

Por último Avilés destacó que desde el Consejo Municipal de la Mujer se está brindando mucho acompañamiento legal y psicológico ya que en el último tiempo se ha sumado una psicóloga al equipo para contener a las víctimas de violencia de género. “Tener un teléfono propio todavía es una materia pendiente y formaba parte del proyecto de la creación de la Oficina de Violencia, que se aprobó el año pasado y que aún no se ha llevado adelante”, cerró.