Pablo Fleitas, presidente del Rotary Club Esquel, a pocos días de finalizar su mandato realizó un balance de gestión la cual se desarrolló en parte en el marco de la cuarentena dispuesta por el Gobierno Nacional para minimizar el impacto del COVID-19 en la población.
En declaraciones a La Portada sostuvo que “se acerca el cambio de autoridades para el nuevo período” y agregó que el acto se podría desarrollar “con una pequeña reunión y haciendo una transmisión on line para incluir al resto de los socios a través de zoom”.
Fleitas aseguró que “el balance es distinto y raro porque ha sido un año muy loco” y agregó que “el lema de la gestión que asumí el año pasado era Rotary conecta al mundo y con todo esto debimos apelar a la tecnología para conectar a las personas. Se dio una vuelta de tuerca que nunca esperábamos. Cuando se pensó el lema no se tuvo en cuenta una pandemia ni mucho menos”.
“La idea era salir a la calle y hacer que el Rotary conectara a las personas y en esa relación entre personas que se generara la ayuda para quien lo necesitara. El dato positivo es que la tecnología nos dio la posibilidad de conectarnos con personas que están muy lejos. Conectamos al mundo de una manera distinta y pudimos cumplir el lema. Podemos decir que nos vamos satisfechos porque de alguna forma conectamos al mundo”, puntualizó.
Remarcó, en este contexto, que “lo importante es que la pandemia no nos impidió aportar nuestro granito de arena a la comunidad”.
Distintas líneas
En relación a la labor realizada en estos últimos meses comentó que – desde el inicio de la cuarentena- “se trabajó en la ayuda para la realización de trámites a las personas mayores o que forman parte de los grupos de riesgo. También hicimos una campaña para juntar fondos a fin de comprar camas, colchones y almohadas para el Hospital considerando también a las personas con sobrepeso. Y algunas camas fueron reparadas”.
Fleitas, asimismo, señaló que “otra línea de trabajo fue la compra de rollos de friselina para la confección de camisolines” los cuales fueron destinados “al personal de salud” a quienes además se proveyó de “cofias y guantes”.
“Estamos, además, trabajando en la donación de ropa de abrigo para niños y adultos. En el caso del Hogar de Ancianos se realizó, en tres oportunidades, la entrega de alimentos no perecederos. Y se colaboró con el comedor de una escuela”, indicó.
En relación a la forma de trabajar, en el marco de la pandemia, comentó que “cada uno debió trabajar desde su lugar. Implementamos la modalidad virtual para las reuniones de los días martes por la noche. A partir de eso distribuimos tareas y cuando el confinamiento era más duro hubo socios con permisos para circular. Ellos hacían tareas de gestión como recolectar donaciones de dinero, ropa o alimentos no perecederos”.
Destacó que con la flexibilización de la cuarentena la tarea fue algo más sencilla al tiempo que informó que los fondos disponibles para realizar la tarea social “provino de distintas donaciones privadas y de instituciones (bancos, bolsas de comercio, etc.) de la ciudad y fuera de ella. La gente ha sido muy solidaria”.
Primera necesidad y más
“Estamos muy contentos porque hicimos mucho más de lo que esperábamos”, remarcó aunque reconoció que “nunca es suficiente porque siempre hay otras áreas en las que ayudar. Surgieron muchos pedidos que no necesariamente tienen que ver con el alimento o el abrigo. La demanda nos superó”.
“Jardines maternales nos pidieron ayuda para no tener que cerrar y poder pagar el sueldo a sus empleados. Esto, en el fondo, también es primera necesidad porque estamos hablando del trabajo de las personas que les permite solventar las necesidades de sus familias”, explicó.
Para finalizar, Fleitas, sostuvo que en los próximos meses “seguiremos trabajando. Si creemos que se verá resentido el tema económico. Al abrirse la cuarentena trataremos de reemplazar los pesos con la disponibilidad de tiempo y esfuerzo personal ayudando en hacer algo”.