Comenzó como un proyecto de investigación en la Planta de Tratamiento de Residuos y hoy se convirtió en un emprendimiento llamado “Almazul”. El investigador Gonzalo Romano había empezado a cultivar hongos comestibles con compost pero al no llegar a un buen resultado por las bajas temperaturas, decidió mudarse a un local en la ciudad y probar con el aserrín. El resultado fue exitoso, ya inició con la producción de tres especies de gírgolas y en cuarenta días espera comercializarlas.

Gonzalo Romano es micólogo especializado en diversidad, ecología y biogeografía de hongos agaricoides (hongos con laminillas). Además es profesor en micología de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.

Su investigación en la Planta de Tratamiento de Residuos comenzó a llevarse a cabo en agosto de 2016. Allí acondicionó un espacio para el cultivo de hongos a partir de los residuos recuperados pero las bajas temperaturas le impidieron que el mismo prosperara así que hace un mes decidió mudarse a un local en el centro de la ciudad y cambiar de especie. “Probé con cultivar dos tipos de hongos que crecen sobre el compost, como el champiñón y el portobello, pero se me presentaron dificultades técnicas y decidí pasarme a especies más versátiles como las que crecen en el aserrín: las gírgolas”, explicó Gonzalo Romano en diálogo con La Portada.

Asimismo el investigador chubutense contó que continúa teniendo un convenio marco con la Municipalidad de Esquel que consiste en la provisión de la materia prima. En un primer momento fue el compost, que en estos últimos meses no se estaba produciendo más, y ahora es el aserrín. Además se mostró muy agradecido con el espacio que se le brindó en la Planta de Tratamiento. “Trabajé durante tres años y fue una experiencia fabulosa”, aseguró y destacó el permanente acompañamiento que recibió de quien era el gerente, Raúl Páez.

Romano trasladó su nueva planta de cultivo de hongos comestibles a un local ubicado en el centro de la ciudad. “Ya hice la prueba, crecen muy bien y a varios chef les encantó”, destacó y adelantó que su idea es comenzar a comercializarlos lo antes posible. Hace unos días inició con la producción de tres especies de gírgolas y estima que la primera cosecha estará en cuarenta días. “Me gustaría hacer degustaciones, una en Esquel y otra en Trevelin, para dar a conocer el producto que se llama “Almazul” por esta idea de reutilizar todo lo posible”, sostuvo.

El joven emprendedor remarcó la importancia de incorporar los hongos en la alimentación. “Tienen propiedades antioxidantes muy buenas y las gírgolas, en particular, tienen muy bajo contenido de grasas para las proteínas que tienen. Son muy buenas para la gente que hace actividad física como también para el que opta por no comer productos derivados de los animales”, informó.

Romano confió que una vez que tenga la habilitación comercial y la aprobación de Bromatología, abrirá las puertas de su local para recibir visitas. “Mi idea es seguir creciendo, tengo la capacidad para producir entre 150 y 200 kilos de hongos por mes y tengo espacio para duplicar la cantidad”, expuso.

Por otra parte, adelantó que se encuentra trabajando junto a otra profesional en otra línea de investigación para la degradación de los residuos sanitarios como por ejemplo los pañales que son un gran inconveniente. “La idea es buscar especies de hongos que puedan crecer sobre los pañales y sean capaces de degradarlos para ayudar al relleno sanitario que tiene una vida útil”, comentó

Por último, Romano anunció que brindará una capacitación sobre “Introducción al cultivo de hongos comestibles en Patagonia. Será del 26 al 30 de agosto de 17.30 a 19.30 horas en la Escuela Puerta del Sol en Trevelin. La misma tiene un costo de 2000 mil pesos. “Queremos desmitificar a los hongos, acercarlos a la gente y viceversa”, cerró.