“Ustedes siempre se quejan”, “¿y ahora qué reclaman?”, “nada les viene bien” son algunas de las frases que se suele escuchar a quienes prefieren mantener el statu quo y garantizar tranquilidad personal en detrimento del bien común.
En nuestra sociedad existen muchas personas con ese perfil, sin embargo muchos otros eligen levantar la mano para expresar disconformidad, muchos eligen reclamar a viva voz, muchos eligen manifestarse en las urnas y en las calles con la misma contundencia. Muchos argentinos eligen ser parte activa de la sociedad en la que viven porque entienden que son (somos) protagonistas de su (nuestro) tiempo.
En Esquel, como en toda la provincia, se reclama por salarios dignos y pago de sueldos en tiempo y forma, por modificación de leyes que brinden amparo a quienes intentan encontrar alternativas en materia de salud, por Ni Una Menos, por la realización de audiencias públicas que permitan discutir aquellos temas que nos atañen, por la finalización de obras para las escuelas porque estudiar en un espacio digno es un derecho, por la regulación de actividades que surgen como consecuencia de la crisis económica, el creciente desempleo y la galopante inflación.
En Esquel, desde hace 15 años, se dice NO a la Mina con el claro objetivo de preservar el medioambiente y el bienestar de las generaciones futuras. Esta firme postura es compartida por muchos ciudadanos de la provincia y del país siendo ejemplo nacional e internacional de lucha contra las grandes empresas mineras que intentan instalarse para luego partir dejando pueblos arrasados por la contaminación.
Para algunos funcionarios (nacionales, provinciales y locales) la participación popular es destacable, pero ésta es sólo una frase que se dice “para la tribuna”. En realidad muchos de esos funcionarios quisieran un pueblo sumiso, silencioso y desinteresado de las problemáticas que los afectan. Pero la realidad es otra porque Argentina tiene ciudadanos comprometidos y un elevado nivel de participación popular. Y ese es un valor que no debemos perder.
