El pasado domingo 10 de diciembre se cumplieron 34 años de Democracia ininterrumpida y – sin embargo – para muchos este dato pasó desapercibido.
La vorágine informativa, la costumbre, que la fecha recayera en día domingo pueden ser las causas de esta noticia que no fue y que para los argentinos debiera significar un antes y después.
La historia indica que luego del triunfo electoral del 30 de octubre de 1983 Raúl Ricardo Alfonsín candidato de la Unión Cívica Radical (UCR) asumió la presidencia aquel 10 de diciembre. Y se convirtió, a decir de quienes vivieron esa etapa del país, en “el padre de la democracia”. Y logró – pese a las dificultades que debió atravesar su Gobierno – el reconocimiento de la sociedad y de la clase política en general.
La presidencia de Alfonsín marcó un hito histórico al impulsar el Juicio a las Juntas, gestar el Tratado de Paz y Amistad con y Chile y mejorar las relaciones con Brasil. En 1985 recibió el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional “en consideración a las dificultades de la transición política al hacerse cargo del gobierno de la República Argentina tras una guerra de dramáticas consecuencias”.
Estos 34 años de Democracia ininterrumpida son significativamente especiales para quienes vivieron, sintieron y lloraron en el exilio a la Argentina tras el Golpe del 24 de marzo de 1976 que derivó en la última Dictadura Militar.
La reflexión nos lleva a preguntarnos ¿por qué no recordamos esta fecha como se debería?, ¿la costumbre de vivir en Democracia nos impide valorarla en su real dimensión y significado?, ¿hasta qué punto somos conscientes que vivir en Democracia es lo mejor que nos puede pasar como sociedad?.
Nuestro sistema democrático es aún perfectible y de cada argentino depende lograr ese ansiado objetivo. Para ello será necesario luchar cada día por una sociedad más justa e inclusiva que brinde oportunidades a todos los habitantes de este suelo especialmente a quienes integran los sectores más desprotegidos. El presente y el futuro de Argentina nos pertenecen y solo podemos honrarla recordando el pasado.
