Con ayuda de un grupo de jóvenes, la vecina Marta Rodríguez armó un invernáculo con botellas plásticas recicladas por vecinos. El mismo se encuentra ubicado en el barrio Lennart Englund, donde ya había creado una huerta con el mismo fin: enseñar a las familias a sembrar y cosechar sus propios alimentos. Son espacios abiertos a la comunidad donde se cultiva la solidaridad.
Marta Rodríguez es una vecina de la ciudad de Esquel conocida por impulsar diversos proyectos con el fin de ayudar al prójimo. Es emprendedora, solidaria y siempre se reinventa. Hace ya varios años que lleva adelante un taller gratuito de corte y confección en el Centro Comunitario del barrio Ceferino.
Estudió la Tecnicatura en Producción Agropecuaria y a principios del año 2020 tuvo la iniciativa de crear una huerta comunitaria en el barrio Lennart Englund con el propósito de enseñar a otros vecinos y ayudar a familias de escasos recursos a sembrar y cosechar sus propios alimentos.
Su curiosidad y espíritu inquieto la llevaron a pensar en nuevo proyecto, crear un invernáculo con botellas recicladas al lado de la huerta comunitaria. En agosto de 2022 puso manos a la obra y con ayuda de un grupo de jóvenes, más la colaboración de los vecinos, logró concretarlo.
“Como el nylon está caro, se me ocurrió armar un invernáculo con botellas plásticas y un grupo de chicos se enteró de mi proyecto y me contactó para ver cómo me podían ayudar”, contó Marta Rodríguez en diálogo con La Portada.
La vecina les transmitió a los jóvenes lo que quería hacer, así que la ayudaron a limpiar el terreno y a juntar botellas. “A la gente que conocía le pedía que me guardaran las botellas para el invernáculo y los chicos hicieron lo mismo”, explicó.
Con lo que lograron recolectar, armaron el invernáculo y una parte del mismo quedó sin finalizar. La idea de Marta era ir cerrándolo a medida que fuera encontrando más botellas plásticas. Antes de finalizar el 2022, un trabajador de la Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos, que además conoce por su familia, le ofreció acercarles unas botellas que había juntado allí. “Me faltaba el techo y una parte de la pared así que le dije que sí y me llevó cinco bolsones”, mencionó.
Si bien se encuentra muy agradecida por esta colaboración, consideró oportuno aclarar que ni él ni el municipio son parte de este proyecto como se informó a través de una gacetilla oficial. “Nunca me ayudaron con nada, inclusive yo presenté una nota para solicitarles tierra y nunca me respondieron. Por eso me enojó que se llenaran la boca diciendo que me ayudaron cuando no fue así porque la iniciativa de traerme botellas fue de un muchacho”, declaró.
Marta además comentó que se encuentra reclamando el acceso al agua para poder mantener la huerta y el invernáculo. “Había una canilla de uso público pero la cerraron. Hice la solicitud en la Cooperativa 16 de Octubre pero me dijeron que no es para riego sino para consumo humano, lo que me causó gracia porque lo que siembro es para consumir”, expresó.
La misma respuesta recibió del presidente de la Cooperativa 16 de Octubre, Miguel Iluminatti, a quien fue a ver a su casa para expresarle su preocupación. “Hoy estoy sin agua, pero no me voy a quedar de brazos cruzados. Tenía un tanque de agua pero me lo robaron así que mientras tanto uso unos tarros de 20 litros, que los lleno con agua y cuando voy, riego”, explicó.
Marta también presentó el reclamo en el municipio, en Tierras Fiscales y en Obras Públicas pero tampoco obtuvo respuestas. “Una empleada de la Cooperativa me sugirió que hiciera una perforación pero no es tan fácil. Yo no estoy pidiendo que me mantengan, sino que me ayuden. Estoy pensando qué voy a hacer, sino voy a buscar a alguien que haga la perforación”, precisó.
Con mucho esfuerzo y trabajo, Marta logró crear un nuevo espacio comunitario para que los vecinos puedan aprovechar a aprender a sembrar y cosechar sus propios alimentos. Hoy produce tomate, acelga, zapallo, morrones, cebollitas de verdeo, entre otras variedades de verduras. “Todo lo puse de mi bolsillo”, aclara.
Tanto la huerta como el invernáculo se encuentran abiertos a la comunidad. Son espacios donde se cultiva la solidaridad y la alimentación saludable.
