Desde hace unas semanas se suman otra vez expresiones públicas respecto a la urgente necesidad de construir para toda nuestra cordillera, incluidos nuestros hermanos chilenos, un moderno hospital regional, que cubra y proteja por varias décadas nuestra salud.
Para contar con un amplio, necesario y generoso espacio físico, que facilite el inmediato y urgente acceso de los necesitados pacientes y el personal sanitario, nada más acertado el que ocupa hoy en pleno centro urbano la Penitenciaria de Esquel, U14, en otrora levantado en aquel pueblo, afuera de sus modestas construcciones.
Es imprescindible no olvidar que la mayoría de nuestra población, vecinos alejados en sus barrios son y serán siempre caminantes.
Permítame reiterar un poco de historia, que enseñe. Alrededor de los años 50 y por decisión del Presidente de la Nación, General Juan Domingo Perón, fue enviado en gira de inspección de cárceles de la Patagonia, un renombrado profesional, experto en tal materia, el ingeniero Petinatto, quien descubrió cerca de una laguna y al comienzo de la pista de aviación, una extensa llanura ideal, apta para sus fines. “Ese debe ser el lugar para una cárcel”, sentenció.
Hoy es norma legal nacional e internacional que las cárceles estén suficientemente alejadas de los centros urbanos y hasta suburbanos. Y así son actualmente trasladadas y/o construidas. Sin titubeos.
El bien supremo le corresponde a la comunidad, a su legítimo bregar y progresar para las futuras generaciones.
El Servicio Penitenciario Federal, desde Buenos Aires, ha entregado precariamente la lonja rectangular de 21.5000 metros cuadrados (una cuarta parte de toda su extensión) a la Municipalidad, bajo la condición que si no se comienza alguna construcción sobre el terreno concedido en el próximo año y medio, quedará cancelada aquella ocasional entrega.
Para la envergadura que requiere hoy un Hospital Regional, lo provisoriamente otorgado es totalmente insuficiente.
Volvamos a lo nuestro: agregar al actual vetusto y añejo hospital local otros parches más construcciones con sumas híper-millonarias es un despropósito total. Es abiertamente condenarnos con tal argumento espurio, al fracaso por varias generaciones. Entonces, transformen tal insulto en energía suficiente para construir en pleno centro de Esquel el moderno Hospital Regional.
Otra vez permítame volver a la historia. El 5 de mayo de 1976 el diario La Nación publica en doble página una nota titulada “Esquel concepción integral del conjunto hospitalario”, con magnífico proyecto de los arquitectos Clorindo Testa, de fama internacional, y Héctor Lacarra, a construir sobre los 48 mil metros cuadrados asignados y comprendidos sobre la “avenida Alvear y las calles Molinari, Alsina y Pasteur”.
Sería de valor la publicación de los motivos, descubrir por revisionistas de nuestro pasado cercano, por las cuales cambió tan rápidamente el terreno asignado, vacío. Sin más.
El joven esquelense, arquitecto Walter Marchissio, radicado en España (Despacho Sulkin Barcelona), presentó como experto profesional en el tema hospitalario el proyecto para el nuevo Hospital Regional de Esquel. Ciertamente, muy meritorio. Y por qué no soñar. Una vez más.
Dada la ausencia en toda la región y provincias cordilleranas de una facultad de medicina o instituciones de nivel universitario para investigaciones de males sanitarios que nos afligen en nuestras variadas zonas, crearlas.
Incluyendo en el mismo generoso espacio reservado para el hospital y casa de estudios, el usual campus de alojamiento para los estudiantes, sumando a las otras universidades. Otro enorme desafío que transformaría Esquel en centro o polo del estudiantado. Todo un prestigio cultural. Y a considerar los recursos que brotarían. El impacto social de una juventud madura, para quedarse. Porque no fantasear con una sucursal del Club Universitario de Buenos Aires (CUBA).
Pero correspondería a una sola persona, sea gobernador, ministro, intendente, diputado o concejal, gestor “?”, lograr que el Estado nacional llegue a escucharnos, comprender y accionar. Medio siglo atrás el Estado argentino nos escuchó. Y con él accionamos.
Logramos transformar el obsoleto sistema telefónico, también con nuestros propios recursos personales, hasta la comunicación internacional, desde un edificio de lujo, se pavimentó la pista de aviación, olvido de Rawson, para el arribo del boing. Claro hubo que secuestrar el último “Avro Lincoln”…
Pudimos hacer prolongar hasta Esquel el pavimento que llegaría solo a El Bolsón. Gracias a la entrevista con el doctor Raúl Alfonsín recién arribado a San Carlos de Bariloche, donde una muchedumbre cordillerana lo esperaba con pancartas, panfletos, banderas y saludos, a lo largo del camino. Ausentes chubutenses de Rawson.
Ante el rechazo de Rawson, para concentrarnos al gasoducto de Neuquén a Bariloche, obtuvimos por la presta visita del ministro de Energía, señor Storani (padre), la instalación del sistema “globo dirigible” para la red de gas, ubicado en las afueras del pueblo.
Recordemos la intención del Servicio Penitenciario Federal, a instancias de Rawson para trasladar la cárcel de máxima seguridad en el centro de Esquel. Nuestro gestionar y la presencia del doctor Arturo Mor Roig, ministro del Interior nacional, llegó a tiempo para cancelar tal descabellada idea con los planos de la construcción a la puerta…
Finalmente, para no olvidar jamás, la gesta de toda la población de Esquel hace 20 años por el No a la Mina, impidiendo la destrucción de nuestras montañas, de la precordillera, desparramando cianuro por doquier. Y quedamos en guardia. “La voz del pueblo es la voz de Dios… no necesariamente pasiva”.
Urgirá desde Gobernador Costa hasta El Bolsón, integrando también a los pueblos de la pre-cordillera e interior, un multitudinario movimiento popular, sin banderías ni cortes de ruta, CLAMANDO, no pidiendo, con angustia por un nuevo hospital para toda la región.
Al releer este escrito al día siguiente, surgió una reflexión: no huele todo esto a un actual estancamiento de antigüedad, lo que nos rodea?
La ciencia geopolítica nos juzgará a todos. Desde 1884. Esta idealizada obra, que hoy yace cajoneada entre oratorios, es tan prioritario como la bienvenida construcción del nuevo aeropuerto regional, porque nos los dicta el corazón y la mente: “primero la salud”.
Roberto Müller. DNI: 5.578.225. Clase 32.