Comienza el taller “Creando la propia danza”

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El taller está dirigido a mujeres mayores de 50 años, es dictado por la profesora Ana Julia Ochoa y consiste en el acompañamiento de un proceso de evolución en la creación de la propia danza, sin coreografías. Se trata de un espacio donde todos pueden danzar con sus posibilidades y limitaciones, a su propio ritmo.

Clara Estela Villar y Ana Julia Ochoa, quienes son las impulsoras del taller “Creando la propia danza”, visitaron la redacción de La Portada para brindar detalles de esta propuesta que invita a bailar y a romper con los prejuicios como así también con los estereotipos sobre las posibilidades de danzar. 

Este espacio comenzó a funcionar en septiembre de 2017 y surgió en el seno del taller “Salud en Movimiento”, que hace 14 años lleva a cabo en Esquel Ana Julia Ochoa, profesora de Educación Física, como necesidad de una de las alumnas de profundizar la técnica de la danza.

El taller se llama “Creando la propia danza” porque cada persona bailará moviendo su cuerpo desde lo que siente, de acuerdo a sus posibilidades y deseos. No se sigue una coreografía sino que se basa en la improvisación consciente.

Al respecto, Ochoa destacó que “cualquier persona puede danzar, con sus posibilidades y limitaciones, pero nosotras nos paramos desde las posibilidades y los deseos de cada uno. No hay coreografías, por lo tanto no hay que seguir a alguien ni responder a los deseos de alguien sino al propio”.

Si bien no hay pasos coreográficos específicos a seguir, explicó que se trabaja con orientaciones que están planificadas y encadenadas de un encuentro a otro, de un año a otro, con el fin de que cada intérprete pueda ir encontrando los elementos para su propia danza.

“Trabajamos mucho con la escucha de la música, con la concentración personal de cada uno con los movimientos y lo que va sintiendo para ver si ese tipo de movimientos lo siente propio o no”, señaló la profesora.

Por su parte Clara Estela Villar, quien además de facilitadora del taller es alumna, aseguró que el taller “me ha resultado un espacio de sumo placer y de gran superación de obstáculos porque con el pretexto de la danza he podido superar limitaciones físicas personales y he podio mejorar mi estado físico general”.

Además destacó el impacto positivo que genera en la salud. “Es una actividad que por la concentración, dedicación y la escucha tiene un gran compromiso cognitivo y esto para las personas grandes es un gran ejercicio. A veces pensamos que para ejercitar la memoria necesitamos hacer un crucigrama, sodoku o sopa de letras. Yo hago danza como puedo y es un trabajo muy importante para el cerebro y es una actividad muy recomendada. Hay muchos estudios científicos que hablan de cómo la danza actúa favorablemente para evitar el deterioro cognitivo y también como ayuda a aquellas personas que ya lo tienen a mejorar su calidad de vida”, manifestó.  

En tanto Ana Julia Ochoa agregó que el taller “es un espacio propio y de libertad donde pueden ser y dejarse ser, despojarse de la vida cotidiana y sorprenderse con posibilidades que no creían que tenían, en un espacio cuidado y seguro, donde cada uno hace su propio recorrido”.

El taller reinicia con las clases en marzo pero se puede comenzar en cualquier momento del año. Se dicta en el SUM de Punta Canas en Villa Hípica. Es arancelado pero la primera clase es de prueba y gratuita. Por el momento hay dos grupos, el de profundización cuyo primer encuentro será el miércoles 2 de marzo a las 18 horas, y el de iniciación que arrancará el viernes 4 de marzo a partir de las 14.15 horas. De todos modos quienes no puedan acercarse en este horario pueden comunicarse al 2945-683640 para coordinar.

Clara Estela invitó a las mujeres mayores de 50 años a animarse a sumarse al  taller. “A nuestra edad, culturalmente las mujeres que no hemos hecho danza antes, tenemos mucho prejuicio y estereotipo instalado, pero hay que atreverse a experimentar y preguntarse, ¿por qué no?. Hemos tenido compañeras con problemas en el pie y que han bailado sentadas. También se puede bailar desde una silla de ruedas o con una parte del cuerpo más que otra y todo es danza”, expresó.

Por último Ana Julia señaló que en el taller “cada uno va autoregulando lo que va sintiendo y sus deseos de hacer o no hacer. No hay una obligación de seguir determinados patrones porque quedas afuera y no se hacen espectáculos ni presentaciones a fin de año. El espacio se llama “Creando la propia danza” porque es de cada uno”.