La agresión sufrida, el pasado fin de semana, por una guardaparques en el Parque Nacional Los Alerces por parte de un grupo de personas que permanecen en el lugar desde hace algunos meses generó repudios, explicaciones y una denuncia ante la Justicia Federal. Esta última acción fue llevada a cabo por la Dirección General de Asuntos Jurídicos de la Administración de Parques Nacionales.
Cabe recordar que el hecho tuvo lugar en el puente Arroyo Cascada cuando la trabajadora pretendía verificar un puente de madera que era incendiado. En esa circunstancia fue agredida física y verbalmente por el grupo de personas presentes en el lugar.
Los trabajadores, desde su organización sindical, repudiaron lo sucedido e instaron a las autoridades del Directorio de Parques Nacionales a “que tomen verdaderas medidas para garantizar la seguridad y la integridad física de las y los trabajadores ante estos hechos de violencia”. Se reclamó, además, “que se garantice nuestro derecho a trabajar de manera segura”.
El Lof Pailako – Futalafken Mew, mediante un comunicado que se dio a conocer a través de los medios de comunicación, ofreció su versión de los hechos. Se explicó que “en estos dos últimos días se avanzó en el control territorial del Lof, destruyendo un puente construido por el winka sobre un fta trayenko, por el que se accedía a un espacio espiritual muy importante para nuestra cosmovisión, mismo lugar en el que hasta hace un tiempo había de forma irrespetuosa un cristo de madera”. “Hubo momentos de tensión y se recurrió a la autodefensa cuando algunos guardaparques llegaron de forma prepotente, a los gritos y filmando”, se explicó.
En el comunicado, además, repudian “los dichos del sindicato de guardaparques entre otros, que sólo provocan y buscan la violencia imponiendo el miedo en la opinión pública y no reconociéndonos como comunidad mapuche”. Y se agregó que “la violencia la desató el Estado que rompió con la mesa de diálogo criminalizando nuestra justa lucha; como también los empresarios privados que piden la intervención de las fuerzas represivas. Todos ellos lo que menos desean es el cuidado de la tierra, sino que los mueve intereses económicos”.
Ofrecer explicaciones puede, en algún contexto, ser válido. No obstante no existe reclamo que justifique la violencia ni la agresión a una mujer que pretendía cumplir con su trabajo. Las instancias de diálogo, siempre y ante cualquier circunstancia, deben primar. Ese es el camino que puede llevar al entendimiento y a un principio de solución ante el planteo de un conflicto.