La joven esquelense, quien integra por segundo año consecutivo la Selección Nacional de Karate, participará en agosto del Torneo Panamericano que se disputará en Bogotá, Colombia, y que reúne a deportistas de toda América. El viaje es costoso y necesita de la ayuda de todos para cumplir su sueño.
Con sólo 2 años, Asiri Villivar comenzó a incursionar en el karate de la mano de su papá Jorge Villivar. Ella veía a su hermana más grande practicar este deporte y no quería quedarse atrás. Hoy esta disciplina se convirtió en su pasión. “Me gusta mucho porque conozco gente nueva, es un deporte muy lindo y te ayuda a ser mejor persona. Te enseña a ser respetuoso y te da valores”, manifestó en diálogo con La Portada la joven karateca.
Asimismo reconoció que el camino recorrido no fue fácil. “Como toda meta fue complicada pero fui avanzando de a poquito y así llegué a grandes logros”, destacó.
Por su parte, Jorge Villivar, papá de Asiri y su entrenador, contó que él nunca le exigió a su hija que hiciera karate sino que fue su propia decisión. “Nació de ella sola y es más sencillo cuando es así porque el alumno llega con entusiasmo y la intención de hacer una disciplina. Obviamente que también hay complicaciones y exigencias durante el aprendizaje, pero cuando a uno le gusta algo, acepta las críticas, las condiciones, las formas de trabajar y las presiones”, indicó.
En este sentido resaltó que Asiri lo aceptó así y eso la ha llevado a alcanzar importantes logros como integrar nuevamente la Selección Nacional de Karate por segundo año consecutivo y su convocatoria al Torneo Panamericano en Bogotá, Colombia.
Sin embargo Jorge aclaró que la joven deportista no tiene la presión de traer una medalla de la competencia. “Tanto yo como otros instructores tratamos de inculcar que todos los objetivos tienen sus tiempos y que hay tropiezos pero de todo se aprende y se logran mejores metas. A veces conseguir un logro te da cierto crecimiento como persona pero no te ayuda a ser una buena persona y buen profesional. Muchos colegas hoy son profesionales gracias al karate que los contuvo y le enseñó ese camino”, planteó.
En tanto Asiri aseguró que se encuentra tranquila, sin nervios ni ansiedad, por el Torneo Panamericano. “No tengo presión y ya sé cómo es la competencia porque el año pasado fui a Perú”, declaró. Para Jorge, Asiri como deportista “tiene mucho compromiso, concentración y determinación a la hora de actuar en una competencia”.
La joven entrena tres días a la semana para no descuidar su rendimiento escolar. “No queremos que deje el colegio porque es muy importante y siempre le recordamos que nada tiene que ser regalado como decimos en karate. Todo es por esfuerzo y mérito propio. Cuando cuesta, duele y hay un sacrificio, a la hora de aprobar la recompensa es mucho más linda”, expresó.
Apoyo
El viaje a Colombia es costoso y a fin de mes tiene que dejar asegurado el 50 por ciento. Tras muchas gestiones y esfuerzo, Jorge consiguió que Asiri recibiera un aporte del municipio y otro de la Secretaría de Deportes. Sin embargo todavía les falta juntar un poco más de dinero así que se encuentran organizando diferentes actividades para juntar fondos. A su vez se encuentran recibiendo colaboraciones de comercios en forma de sponsors desde 500 pesos en adelante y también planean realizar próximamente un matebingo. “Es una manera de que todos puedan poner su granito de arena”, resaltó y agradeció a la comunidad de Esquel por estar siempre y colaborar.
Próximos desafíos
Si bien el compromiso más fuerte de este año para Asiri será el Torneo Panamericano en Colombia, también tendrá otros desafíos que asumir. Antes del viaje deberá estar presente por integrar la Selección Nacional el 6 y 7 de julio en una capacitación en Trelew que dictará el representante máximo de Argentina y Sudamérica. Mientras que después del Panamericano tendrá el Torneo Nacional en General Roca, provincia de Río Negro. Otra cita deportiva muy importante.
En su segundo año consecutivo como parte de la Selección Nacional de Karate, Asiri expresó que “es muy lindo, es una experiencia nueva y es muy emocionante”.
Al ser consultado sobre cómo es que su papá también sea su entrenador, la joven karateca confió que “a todos nos exige por igual y en casa no se habla de karate, somos papá e hija, y en karate, sensei y alumna”. Sin embargo aseguró que Jorge “es una papá piola”. Con orgullo y emoción, él sostuvo que no le llena la cabeza y la deja ser. “Ella sabe que si exijo tiene que responder porque es por su bien”, agregó.
Por último, expresó que “más allá del resultado esperamos pasarla bien y si se consigue algo será un logro principalmente de ella y también de todos los que colaboraron”.
