La obra tiene como protagonistas a catorce mujeres en escena que realizarán proezas imposibles y batallas mitológicas. En esta historia predominará el humor, el absurdo, la emoción y la reflexión. Se presentará este sábado a partir de las 20.30 horas en el Teatro La Juntadera.
Con la dirección de Darío Castro y Jairo Bedoya, más la dramaturgia de Melisa Stocco, volvió a escena Circo Olimpo, la tercera obra de Teatro Kabarett. “Es la tercera pieza que hicimos en el marco de este proyecto y es la que nos cerró más por su humor, emoción, estética e invitación a la reflexión”, explicó Darío Castro a La Portada.
Asimismo aseguró que “Circo Olimpo es una obra muy poderosa, combina el circo y el olimpo con catorce mujeres en escena que son todas diosas. No teníamos dudas de volver a hacerla porque es el texto más cercano con lo que queremos decir en este momento”.
Por su parte, Melisa Stocco explicó que “el texto parte de varios conceptos asociados al rol de la mujer en el ámbito doméstico: esta idea del trabajo no remunerado, el “ángel del hogar” del que hablaba Virginia Woolf respecto a que la mujer tiene que ser perfecta en la casa y además tiene un montón de demandas por fuera, entonces pensamos que la mujer tiene que cumplir un montón de proezas diariamente y después pensamos proezas que se acercaran al absurdo, al humor, lo dramático y lo emotivo”.
De esta manera señaló que se genera una metamorfosis en cada una de las mujeres que las lleva a transformarse en diosas de la mitología con imágenes del circo. “Se confunden los distintos mundos, mujeres de la década del 50 que llegan a un circo atemporal donde se mezclan distintos planos como lo mitológico”, indicó.
Stocco reconoció que en este tercer kabarett “hubo un crecimiento en la dramaturgia, porque en los primeros trabajamos con textos que habíamos seleccionado de otros autores o que nos habían traído las chicas y en este caso la mayoría son de mi propia elaboración”.
Entre la emoción y la reflexión
Castro aseguró que el espectador pasa todo tipo de emociones durante la obra. “Hay mucho humor, interpelación, disfrute, emoción y silencios muy interesantes como también reflexivos”, aseguró.
Asimismo expresó que “en un contexto donde todo apunta a que uno se entristezca y le encuentre poca salida a las cosas, ser parte de experiencias como éstas donde el compromiso en primer lugar es humano y además tiene un lenguaje artístico, conmueve, atraviesa y modifica”. Mientras que remarcó que “el acto más revolucionario es que sean catorce creadoras en escena que están súper empoderadas artísticamente”.
En tanto adelantó que ya se encuentran preparando el cuarto kabarett que también tendrá un enfoque de género que atraviese con otros ejes. Esperan estrenarlo la primera semana de julio y tendrá diecisiete mujeres en escena.
Un proceso colectivo
Por su parte, Sol Ibadi, una de las catorce actrices de Circo Olimpo, contó que su experiencia en este proyecto fue muy positiva. “Hubo crecimiento, autoconocimiento, creación y mucho aprendizaje”, confió.
Participó también del primer kabarett y aseguró que los procesos son muy diferentes a otros trabajos. “Son de construcción, tenemos disparadores iniciales de lo que se quiere lograr que se van transformando a medida que vamos avanzando, no sólo por la dirección de los chicos sino por el proceso colectivo. Se deja de lado lo individual y es un colectivo de mujeres donde todas nos sentimos iguales”, describió.
Agregó en este este sentido que “es súper liberador e importante expresar lo que estamos atravesando todas las mujeres ahora con este proceso revolucionario y este cambio de paradigmas. Las mujeres se sienten interpeladas, muchas al final están llorando y a los hombres los hace reflexionar un montón”.
Por último, Castro expresó que “el teatro es una ceremonia y nosotros lo comprobamos porque se arma un convivio con el espectador que posibilita que se digan cosas que en lo cotidiano no, o sí, se puede hacer catarsis, llorar o reír. Ahí reivindico el arte como un espacio de creación, resistencia y encuentro”.
