En los últimos años las mujeres fueron ganando espacio en el mundo laboral llevando adelante – incluso – actividades que antes eran consideradas sólo para hombres.
Muchas eligen ciertas profesiones u oficios para incursionar en otros terrenos en tanto que otras se ven obligadas por la situación económica. Muchas son cabeza de familia y deben afrontar el desafío de trabajar en rubros liderados por hombres.
Es así para Matilde Cassi quien es chofer de taxi para solventar los gastos del alquiler de su vivienda y de la crianza de sus dos hijos. Encontrar un trabajo formal en otro rubro fue, hasta el momento, imposible para ella aunque mantiene la esperanza.
En esta entrevista con La Portada relata su experiencia de trabajo. Menciona, entre otras cosas, que se siente segura al conducir un taxi porque tiene “experiencia” y remarca que no encuentra resistencia entre sus compañeros de trabajo ni entre los pasajeros.
La Portada: ¿Cuándo y por qué decidió conducir un taxi?
Matilde Cassi: Me fui de Esquel hace 20 años. Me casé, tuve dos hijos y viví mucho tiempo en Rawson. Hace ocho años volví a Esquel con el sueño de tener un trabajo formal con sueldo porque alquilo una vivienda y los chicos están estudiando. Y como no conseguí me ofrecieron manejar un taxi. Tenía mi carnet profesional porque conduje un vehículo escolar. En Rawson también trabajé como operadora en dos paradas de remis. Trabajé, al regresar a Esquel, cuatro años en la parada de la Plaza. Luego cambié porque allí no había mucho movimiento. Al tener que pagar un alquiler debo recaudar un poco más. Hace dos años estoy en una nueva parada.
L.P: ¿Cómo fueron los inicios en esta actividad que muchos consideran propia de hombres?
M.C: Manejo un taxi porque no tengo otra opción. Si pudiera lo dejaría. Es lo que tengo por ahora porque no hay otro trabajo. Con mis compañeros no hay problemas. Ellos me respetan mucho. En Rawson tampoco tuve ningún problema con mis compañeros. Los chicos son muy buena onda.
L.P: ¿Cómo reaccionan los pasajeros al ver una mujer conduciendo un taxi?
M.C: Esa experiencia la tuve cuando recién llegué a Esquel en la parada de la Terminal. Un señor – que no era de acá- no quiso subir porque dijo que a él no le gustaba que manejara una mujer. Esa fue la única vez. Muchas mujeres me felicitaron y se sienten cómodas. De todas maneras con los hombres no he tenido problemas. Yo termino el viaje, cobro y regreso. Soy seria en el trato con los hombres para que no haya malos entendidos.
L.P: ¿Se siente segura al conducir un taxi?
M.C: No trabajo de noche. Me siento segura porque tengo experiencia en el rubro. No tengo miedo y nunca me pasó nada. Rawson es bastante bravo, pero allí tampoco me pasó nada.
L.P: ¿Cómo siente que repercute la situación económica en el sector?
M.C: La demanda ha bajado muchísimo. La gente está mal económicamente y si puede camina. Para vivir de esto es como otras actividades: hay que hacer economía y meterle muchas horas. Yo trabajo hasta las 20 horas haciendo algún corte al mediodía.
L.P: ¿Cuán costoso es el mantenimiento del vehículo?
M.C: Es costoso y se paga todo el mes. Alguna vez tuve un auto y alquilaba la licencia, pero decidí mejor tener cero compromiso porque es pagar continuamente.
L.P: ¿Tiene algún resguardo en caso de accidente?
M.C: El dueño asegura el auto, al chofer y a los pasajeros. No tenemos Obra Social. Si la quiero la debo solicitar y pagar yo.
L.P: ¿Si pudiera volvería a elegir esta actividad?
M.C: He trabajado en muchos rubros. Si tuviera que elegir y tuviera otra oportunidad no elegiría el taxi porque es algo que estresa. De tener que elegir entre el taxi y un vehículo escolar elijo lo segundo. La diferencia es el sueldo. En el taxi hay una variable de ingreso y hoy se trabaja poco.
L.P: ¿Recomendaría esta actividad a otra mujer?
M.C: La mujer debe estar atenta y preparada para muchas cosas porque nunca se sabe en qué momento puede pasar algo. En esos casos hay que ser fría para actuar. No todas las mujeres están preparadas para un rubro como este por ejemplo ante un asalto. Yo recomiendo esta actividad porque es un trabajo como cualquier otro aunque hay que ser muy observadora. Al conducir en lugar de fijarse lo que una hace hay que ver lo que hace el otro. Hay que estar preparada para todo y reaccionar rápido. Yo manejé en las dos nevadas de los últimos inviernos. Con nieve hay que tener un poco más de cuidado.