Su proyecto fue elegido entre tantos otros para participar de una instancia de formación y consiste en estudiar la antropología teatral en el “Odín Teatret” de Dinamarca, que tiene 58 años de vida y es uno de los más importantes de la historia del teatro. Será su segunda visita a ese país donde descubrió que podía combinar el teatro con la danza: su pasión.
Darío Castro, a los 12 años, empezó danzas en el Ballet Ayehuen de Esquel y a los 20 decidió estudiar teatro de la mano de Daniel García, de quien guarda los mejores recuerdos. “Me ayudó mucho a amar el teatro y con él trabajé muchos años”, destacó en diálogo con La Portada, al tiempo que confió que su formación inicial ha sido con “personas muy valiosas” y después solo se ha hecho camino al andar.
Reconoció que por su formación siempre se ha sentido entre el teatro y la danza hasta que tuvo la posibilidad de estudiar en Buenos Aires con Cecilia Hopkins, una gran maestra de Antropología Teatral y conoció que ambos mundos podían coexistir y fundirse en una sola expresión artística. Fue así que decidió viajar a Dinamarca para conocer el Odín Teatret, dirigido por Eugenio Barba y que tiene 58 años de historia. “Es un teatro que pone el foco en el cuerpo del actor como de la actriz y en la posibilidad de representar. Él estudia con actores bailarines porque, para él, el actor es un bailarín que oculta su danza”, contó y aseguró que con 30 años descubrió que eso era lo suyo. “Acá todavía seguimos con la idea de que el teatro sólo es la palabra pero en realidad es el cuerpo y la palabra proviene de ahí”, explicó.
Esta experiencia, la cual definió como la más importante de su vida, lo motivó a presentar en el mes de agosto un proyecto cuya línea de investigación está basada en la antropología teatral al Fondo Nacional de las Artes. “Mi proyecto consiste en ir a estudiar a Dinamarca donde está el grupo de teatro “Odín Teatret”, uno de los más importantes de la historia, con actores de setenta años que hacen obras bestiales, que físicamente son increíbles y después los ves planchando su ropa. Tiene un sistema donde cobran todos lo mismo y se sostienen entre ellos. Alquilan el teatro, tienen su propia editorial, una biblioteca maravillosa y han hecho mucha actividad humanitaria a lo largo del mundo”, expresó.
Finalmente su proyecto fue elegido por el Fondo Nacional de las Artes que cuenta con una línea de apoyo para los artistas de todas las disciplinas. “Estoy muy feliz y agradecido por esta posibilidad porque voy a poder volver a vivir esa experiencia que fue maravillosa en mi carrera”, aseguró.
Los ganadores de la Beca de Formación junto a los de la Beca de Creación suman un total de ocho beneficiarios en Chubut, entre los cuales dos son de Trevelin. “Esta beca consiste en una suma de dinero que me permitirá realizar una instancia de formación”, precisó y agregó que “el Fondo Nacional de las Artes trata de buscar que los artistas y creadores que tenemos inquietudes podamos realizarlas. Yo creo que han tenido en cuenta mi trayectoria porque hay una línea de investigación clara”.
Castro anteriormente había recibido una beca de perfeccionamiento y otra de investigación por parte del Instituto Nacional de Teatro.
Gran cierre del año
El artista sostuvo que este reconocimiento “viene a cerrar un año muy lindo y me va a servir para volver con nuevas ideas”. Aseguró que aprovechará al máximo esta experiencia que le demandará un gran entrenamiento físico y vocal. “Me interesa mucho indagar la voz y mi entrenamiento estará inspirada en un arte marcial así que espero que mi cuerpo aguante”, expuso entre risas. Mientras que adelantó que esta oportunidad casualmente llega cuando tenía pensado crear una obra con una temática oriental.
Por último, contó que con “El Jardín” tiene previsto para el próximo año realizar una gira con Réquiem, participar en concursos y continuar con el Teatro Kabarett. En tanto a modo personal se encuentra terminando la Licenciatura en Arte y Pedagogía Teatral en la Universidad de San Martín y con muchos proyectos en mente.
.