Oscar Chávez hace catorce años que practica aikido, un arte marcial de origen japonés que busca la armonización entre la mente y el cuerpo con la naturaleza, y aseguró a La Portada que le salvó la vida. En mayo participó junto a Cecilia Jurado del evento más importante que se realiza en Tokyo y reúne a delegaciones de todo el mundo. Hoy dirige el dojo Aikikai en Esquel que los días 22 y 23 de septiembre será sede de un Encuentro Regional.
Este arte marcial fue fundado por el Maestro Morihei Ueshiba para la armonización del ser humano con la naturaleza y formar mejores hombres y mujeres. El aikido es un camino abierto a todas las personas que aspiren a ser uno con la naturaleza y respetarla. “Ai” significa armonía o unión, “ki” es la energía universal o espíritu y “do” es camino o vía. Esta disciplina está abierta a todo tipo de persona y no tiene límite de edad ni físico.
Oscar Chávez, quien es 1° Dan y dirige el dojo Aikikai Esquel, contó a La Portada que comenzó a practicar aikido hace catorce años por un problema en la columna. Siempre le gustaron las artes marciales, primero hizo taekwondo y luego kempo contact. Sin embargo aseguró que el aikido fue la disciplina que más lo completó y lo mantuvo activo. “El aikido me salvó la vida, hoy estoy bárbaro y no tengo 40 años pero esto te mantiene muy bien espiritual y físicamente”, destacó.
Oscar tiene 58 años pero aclaró que este deporte “no tiene límites ni restricciones de cuerpo, yo tenía problemas cervicales y los solucioné”. Asimismo confió que el aikido no sólo trabaja con el cuerpo sino también con la mente. “Te enraíza en la tierra porque a través del universo hay un eje y nosotros procuramos estar centrados para tener una muy buena energía”, explicó.
El principio básico del aikido es no oponer resistencia. Los ataques son esquivados con movimientos circulares que parten de las caderas y hacen que la fuerza del adversario en su inercia dinámica le sea devuelta en su contra, provocando un desequilibrio que es aprovechado para realizar proyecciones o inmovilizaciones, con la finalidad de controlar sin causar daño o lesiones severas.
Un mes en Japón
Oscar Chávez participó junto a Cecilia Jurado, ambos 1° Dan y miembros del Dojo Aikikai Esquel, de la 56° Edición de la Demostración Nacional de Aikido, realizada en el Nippon Budokan, Gimnasio Nacional de Artes Marciales Japonesas. Este evento estuvo organizado por la Fundación de Aikido Internacional y reunió a más de 10 mil personas. Allí practicaron con los mejores y conocieron a la Sensei Yoko Okamoto, entre otros grandes exponentes del aikido.
“La experiencia fue inolvidable y una de las más hermosas que viví así que la vuelvo a repetir en 2020”, expresó Oscar, quien admitió que quedó “fascinado” con la cultura japonesa y su estilo de vida. “Allá todo funciona perfecto, nosotros estamos años de luz de eso”, precisó y confió que el viaje le cambió la vida.
Encuentro Regional
La Escuela “Aikikai Esquel”, que funciona en el Gimnasio Alemán (Volta 722) y pertenece a la Federación Argentina de Aikido, será sede del Encuentro Regional que se realizará los días 22 y 23 de septiembre en la ciudad. Se espera la visita de delegaciones de San Martín de los Andes, Epuyén, Puerto Madryn y Comodoro Rivadavia.
Actualmente Oscar Chávez brinda clases los días martes y jueves de 21.30 a 22.30 horas a chicos mayores de 16 años. “El aikido no sólo sirve para la defensa personal sino también para la vida porque el camino del Budo habla sobre el respeto”, advirtió.
Prefiere hacer foco en las personas mayores de edad porque “son los que realmente están buscando algo”, y planteó que “cuando yo practico aikido busco algo en mi interior para poder arreglar. Uno a veces busca el yoga, otros la meditación y yo sin el aikido no podría vivir, es mi vida”.
En este sentido contó que “me sirve para estar bien centrado con mi familia, mis hijos y la sociedad. Hace ocho años atrás uno explotaba y hoy puedo manejar las situaciones”.
Por último, Oscar sostuvo que “yo quiero que cada persona que vaya a mi dojo salga mejor de lo que entró, yo logré desconectar la mente con el aikido desconectar mi mente”.
