No hay recetas mágicas, ni mucho misterio al respecto. Llevar una dieta equilibrada y hacer deporte de forma regular son las claves para mejorar la calidad de vida. La comunidad médica advierte que los hábitos poco saludables influyen directamente en el desarrollo de enfermedades.
El cierre e inicio de todo año invita siempre a la reflexión. Es época de balances y análisis de distinta naturaleza. Laboral, sentimental, afectivo, por ejemplo. En este complejo escenario de debate interno no debería escaparse algo fundamental y que a veces es relegado inconscientemente a un segundo plano: Cómo tratamos nuestro cuerpo.
Diario La Portada conversó con el doctor Damián Serebrinsky. Claro, conciso y eficaz comunicador de la medicina. “Todos los deterioros de la salud en enfermedades metabólicas (colesterol, diabetes y presión alta) son producto de malas conductas crónicas”, explicó este cardiólogo del Hospital Zonal de Esquel (HZE).
En semanas de fiestas por la Navidad y el Año Nuevo suele aumentar el número de pacientes en el consultorio. Dato que es una fija. “Si alguien tiene insuficiencia cardíaca es necesario restringir el sodio, la cantidad de sal en los alimentos. Una entrada de melón con jamón crudo puede gatillar insuficiencia cardíaca descompensada”, ejemplificó.
Confió que en esta fecha “tenemos un mayor índice de pacientes crónicamente enfermos que ingresan descompensados”. Precisó, asimismo, que las estadísticas en el Servicio del nosocomio local se disparan ya desde los primeros días del mes de diciembre cuando los vecinos “comienzan a reunirse para festejar el fin de año”.
Aclaró que el alcohol no es un punto menor en esta historia. Un vaso es la medida aconsejable. “Lo que uno tome de más incrementa la presión arterial. Como vemos es una combinación de cosas. No es sólo me cuido de la sal pero consumo alimentos como un bestia”, dijo. Aseguró además que un gran porcentaje de la población quebranta la regla durante las fiestas. Tirón de orejas.
Comentó que al menos los esquelenses tenemos una a favor. “En los lugares donde hace calor, a esto de comer en volúmenes le adicionan altas temperaturas lo que supone un problema mayor. Todo se sensibiliza más. Cuando una persona tiene calor dilata más los vasos y le saca flujo arterial de sangre a los órganos”, añadió.
Afirmó que en líneas generales los argentinos “comemos muy mal. De los 3,5 gramos de sal recomendable por día estamos en 12 gramos. El cuco nuestro es el sodio. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que no puede consumirse más de 2.500 miligramos por día. Todos los alimentos traen sodio, hasta lo dulce”.
“El buen hábito de vida…
…no es cuestión de un día”, aseveró Serebrinsky, dejando en claro que es preciso asumir conductas saludables duraderas lo que incluye una dieta equilibrada y, fundamentalmente, la actividad física. Calificó a esto último como “vital”, agregando que incluso es preferible “tener un ligero sobrepeso y movilizarse que ser flaco y sedentario”.
Informó que para romper el sedentarismo uno debe “moverse 30 minutos todos los días o una hora día por medio. Se dice que si al menos caminas 10 mil pasos diarios -aunque no sean organizados- es mejor que nada. Eso es verdad. Pero lo recomendable es realizar una actividad aeróbica regular”.
Llegada social
Por último, resaltó que le mensaje certero y oportuno hacia la comunidad es factor fundamental para mejorar la calidad de vida del vecino. “Mientras más veces una persona lee algo más probabilidad de control. Se demostró que cada vez que un médico explica al paciente que debe abandonar el cigarrillo hay más posibilidad de que lo deje. A veces se necesita machacar y machacar”, manifestó.