Por Mariano Romero Cuestas, periodista.
Propongo un ejercicio: el mismo consiste en ingresar a través del Facebook a todas las páginas relacionadas con búsqueda de animales perdidos en la ciudad de Esquel, solo de Esquel. Seguramente el lector se sorprenderá al ver la cantidad de publicaciones diarias en estas páginas, pidiendo por el paradero de alguna mascota o tal vez buscando un alma caritativa que se haga cargo de algún perro/a o gato/a que fue abandonado/a en la calle.
Muchas veces, estas mascotas terminan en la Perrera, lugar con un espacio reducido en el que el municipio atiende animales que son dejados allí casi diariamente por no tener un mejor lugar. Muchos vecinos denuncian que los animales que están en la Perrera sufren por hacinamiento, encierro y hasta se registran muertes por peleas y epidemias, lo que también genera el reclamo para el cierre de este lugar.
Haciendo un repaso de las mencionadas páginas de mascotas perdidas, uno puede encontrar descargos de vecinos que se sienten muy dolidos al ver publicaciones de perros y gatos muertos, con hambre, abandonados o de cachorros recién nacidos tirados en cajas en distintos puntos de la ciudad. Lamentablemente, dichas publicaciones cada vez son más frecuentes.
Pero si uno presta atención cuando camina por las calles, ya sea en el centro o en cualquier barrio, puede darse cuenta de la cantidad de perros que andan sueltos, no solo los llamados callejeros, sino también aquellos que tienen dueños pero que suelen estar afuera de sus hogares, ya sea porque se escapan o porque los dejan salir de las casas.
De un tiempo a esta parte, algunas asociaciones de “amigos de los animales” y ONG’s de nuestra ciudad, presentaron ante el Concejo Deliberante distintos proyectos de Ordenanza, en los que se proponen programas tendientes a la tenencia responsable y el control “ético” la fauna urbana, priorizando la salud de las personas y también la de los animales.
En el proyecto presentado a fines del año pasado por la Fundación de Amigos de los Animales de Esquel (FADAES), se argumenta que la relación entre la población canina de la ciudad y la salud pública es indiscutible ya que “son más de sesenta las enfermedades transmisibles de los perros al hombre, a las que se deben sumar mordeduras, contaminación del ambiente y accidentes de tránsito”.
Entre los artículos del mencionado proyecto, puede leerse que el único método “ético y eficiente” para el control del crecimiento poblacional de la fauna urbana, es la esterilización quirúrgica gratuita, “masiva, abarcativa, sistemática, temprana y extendida” de machos y hembras, de especie canina y felina. Esto teniendo en cuenta que el municipio cuenta con un quirófano móvil que se instala en distintos barrios de la ciudad, pero con el cual evidentemente no alcanza.
Fomentar la responsabilidad
Pero más allá de las obligaciones del Estado municipal, también hay que fomentar la responsabilidad de los dueños de los animales domésticos. Muchas veces tenemos que lamentar accidentes o sufrir por muertes de animales que estaban sueltos en las calles, o las consecuencias de la presencia de perros peligrosos o enfermos que se pasean sin ningún tipo de control por parte de sus dueños.
Es aquí donde, en concordancia con lo planteado en otra parte del proyecto de FADAES, se deben promover programas educativos que tiendan a la concientización, prevención y educación para la tenencia responsable de mascotas. Los dueños de estos animales domésticos deben tener la responsabilidad de alimentarlos, atender su salud y brindarles las condiciones mínimas e indispensables para su buen resguardo.
Todo esto se puede lograr con políticas serias por parte del Estado, pero también con una buena educación, no solo en los hogares, sino también en las escuelas, fomentando la crianza y la tenencia responsable, para de esta manera lograr que sean cada vez menos las publicaciones en las redes sociales de animalitos perdidos, accidentados o abandonados y al mismo tiempo cuidar la salud de la población que se ve expuesta a las enfermedades que éstos pueden transmitir.