Proviene de una familia de artistas, su padre es el músico Omar Yagüe y su abuela, quien ya falleció, era la pintora Gisela Yagüe. A los 7 años aprendió a tocar la guitarra y a los 12 se subió por primera vez a un escenario, en lo que fue la antesala de su explosión musical con la banda de rock “No Reactivo”, donde descubrió su faceta de cantante, que es lo que más disfruta. Hoy, con 28 años, estudia en la Universidad Nacional de Arte (UNA) y su sueño es vivir de su gran pasión: la música.
La música corre por sus venas y desde el vientre de su madre, Andrea Nasif, comenzó a incorporarla en su vida. Creció viendo a su padre, Omar Yagüe, arriba de los escenarios con Winchester. Vibró cada ensayo de la banda en su casa y conoció todo tipo de músicos de la escena local, nacional e internacional. Su interés por la música se hizo inevitable. Fue así que a los 7 años empezó a tomar clases de guitarra criolla con su papá en su escuela de música “Guitart House” pero confió que al principio le costó engancharse y hacer los ejercicios que le daba. “Llegaba a mi casa y hacía cualquier cosa con la guitarra, menos lo que él me decía, así que dejé por un tiempo”, recordó Bruno Yagüe en diálogo con La Portada.
A los 10 años volvió a intentarlo pero esta vez pidió hacerlo con la guitarra eléctrica porque sentía en ese momento que la criolla no lo atrapaba, situación que hoy se ha revertido ya que las vueltas de la vida lo encuentran estudiando guitarra clásica en la Universidad Nacional de Arte (UNA). “Mi papá me regaló una de sus guitarras, así que cuando volvía del colegio o en los momentos libres me iba al quincho de casa, donde ensayaba Winchester, la enchufaba en un amplificador a todo volumen y no tocaba nada pero la hacía sonar”, relató el músico.
Sus inicios
Su papá, al verlo motivado, retomó aquellas clases de guitarra que habían quedado pendientes pero esta vez sobre la guitarra eléctrica. Pasaron muchas horas juntos, compartiendo la pasión por la música y preparándolo para que dé sus primeros pasos arriba de un escenario, lo que no tardó en llegar. A los 13 años armó su primera banda “Indulgencia”, con Nahuel Criado y Gamal Sarquis. Por un año y medio tocaron en festivales escolares, haciendo covers de Ataque 77, La Renga, Divididos, entre otros.
Si bien Bruno aseguró que en ese tiempo logró progresar un montón porque tocaba todos los días, su gran explosión musical llegó a los 14 años, de la mano de la banda de rock “No Reactivo”, que integró junto a Renzo Girola y Diego Saquis. “Empezamos haciendo covers y después me hice maña para componer temas pero entre todos tirábamos letras”, contó quien era el cantante y guitarrista del grupo. Así llegó su primer demo con siete canciones que grabaron en Esquel y fue su primera experiencia en estudio. Tocaron durante diez años, de los cuales seis fueron en Buenos Aires, donde los tres se fueron a estudiar. Allí todo se tornó más profesional, según recuerda, ya que comenzaron a ir a salas de ensayo, conocieron otras bandas, entraron en circuito y grabaron su primer y único disco “Aliados”, con doce canciones, en la Escuela Tecson. “Fue todo a pulmón”, destacó.
Con la banda llegaron a tocar en boliches reconocidos de la ciudad como Roxy y Kika, en Fiestas Clandestinas y con bandas como “Carajo”, “Los Naranjos” y “Sancamaleón”. Si bien estaban en un gran momento, los caminos individuales de cada uno hicieron que la banda se disolviera. “Fue una experiencia que nos hizo crecer a todos”, aseguró Bruno, quien por ahora descartó el regreso de “No Reactivo”.
Un artista completo
Bruno no sólo es un eximio guitarrista sino que además ha comenzado a consolidarse como cantante. Esa calidad musical junto a su histrionismo artístico le marcan un estilo propio que lo diferencia del resto y lo convierte en un showman arriba del escenario. Una prueba de ello son los recitales que viene brindando hace dos años con la banda “The Yagües & The Maikels Group”, que integra junto a su padre Omar Yagüe, su hermano Nicolás Yagüe, Renzo Girola y Rudy Murúa, donde él es la voz principal y hace bailar tanto a quienes están en escena como al público, clásicos del rock, funk y pop de los 50´ al 2013. “Trato de ser lo más libre posible arriba del escenario y de conectarme con la gente porque para mí no hay nada más lindo que contagiar la alegría que siento al cantar”, sostuvo el músico quien en estos shows acostumbra a cantar arriba de las mesas, abajo del escenario e invita a todos a bailar.
“Sueño con vivir de la música”
El joven esquelense hoy se encuentra viviendo en Buenos Aires donde se recibió de Técnico Artístico Profesional en el Conservatorio Superior de Música “Manuel de Falla” y ahora estudia la Licenciatura en Artes Musicales en la Universidad Nacional de Arte (UNA). Su formación es en música clásica y en la actualidad se asume como un asiduo espectador del Teatro Colón.
Entre sus muchos proyectos para este año, se destaca la grabación del disco “Bing Bang” con la banda de rock 9.99, donde toca la guitarra, que será producido por Federico “Fico” Piscorz, el guitarrista y tecladista de Massacre.
Por último, Bruno confió que “el sueño de toda mi vida, que sigue siendo el mismo desde los 8 años, es convertirme en un músico famoso y poder vivir de lo que me gusta”.