Por India Prieto.
A tres años de posicionarse en la zona como una de las alternativas preferidas al momento de salir, Alma Cebada nos cuenta sobre su comienzo y la visión solidaria compartida por el grupo.
En diálogo con La Portada, Ariel Simonatto, uno de los productores y socio del emprendimiento, describe el espacio como“un lugar que nació fruto de un encuentro”. Los productores se conocieron en un festival de rock en la localidad vecina de Trevelin, desde ese momento y ante el buen funcionamiento como equipo, consideraron la posibilidad de acompañarse en este camino lleno de pruebas y sabores nuevos, dando origen al espacio que hoy se conoce como Alma Cebada.
“Coincidimos trabajando los cuatro juntos como cervecerías individuales y vimos que realmente trabajar en equipo era algo interesante. Intercambiábamos recetas, experiencias y también a nuestros proveedores, entonces surgió la pregunta: ¿Por qué no repetir ese modelo que se armó casualmente en una feria y transformarlo en un local que esté abierto todo el año? Y así fue, actualmente si bien no somos una cooperativa formalmente constituida, trabajamos como si lo fuéramos”,explica Ariel.
Cuatro personalidades en una
Si bien hoy nos encontramos con una cervecería grande, pintoresca y dueña de una decoración que le da ese toque vintage, no siempre fue así. “Cuando empezamos era muy chiquito porque sólo apuntábamos a tener una boca de expendio, pero en el verano se trabajó muy bien y nos dimos cuenta de que la gente nos elegía siempre y que el local nos quedaba chico, entonces armamos un patio cervecero y hubo muy buena aceptación por parte del público”, relató Ariel.
La cervecería actualmente agrupa a cuatro productores artesanales: Euthopia, Marlina, Gras Val y TLB, en el cual, cada uno con su impronta e identidad, brindan cervezas de calidad, muchas de ellas elaboradas con cebada y trigo de la zona. Se espera que próximamente también el lúpulo sea propio de acá. “Estamos tratando de que los insumos en algún momento podamos hacerlos en su mayoría acá, manifiesta Ariel contundente.
Nueva normalidad
Hoy, con una estructura armada, ofrecen día a día diferentes alternativas para que todos se sientan parte del lugar.
En el contexto de pandemia, la cervecería continúa funcionando con las medidas sanitarias vigentes, estipuladas por el Ministerio de Salud, manteniendo las distancias correspondientes entre las mesas. Por la mañana, ofrecen un servicio de oficinas con rápida señal de internet, para aquellos que elijan hacer co-working desde las dependencias del lugar, también cuentan con la modalidad take- away, así que llevando tu envase de vidrio, podes disfrutar tanto de la bebida, como de la comida, en tu casa. Ofrecen un menú variado y opciones vegetarianas, por eso sigue siendo una buena opción si se quiere disfrutar de una cerveza íntegramente artesanal. Y para los curiosos, en el mismo establecimiento, hay una fábrica de cerveza que está abierta para quien quiera recorrerla y conocer cómo se realiza el proceso de cocción.
“Alma Cebada no es sólo una cervecería, es una experiencia”, relata Guadalupe, una de las socias fundadoras.
Hay una profunda mirada solidaria, en el espacio cervecero no sólo se puede ir a disfrutar una rica cerveza y escuchar música, sino que también se abre a los artistas que gusten de llevar su arte a otros. También ayudan a los artesanos a promocionar sus trabajos, fomentando la solidaridad colectiva que desemboca en la ayuda mutua que se brindan. ¿Es este ingrediente noble, el secreto del rico sabor de sus cervezas? No lo sabremos, pero sí lo convierte en mucho más que aquella boca de expendio que pretendían ser a sus comienzos.
