Marisa fue la primera persona en llegar a la casa de Ruth “Cami” Figueroa y encontrarla sin vida. “No voy a parar hasta que se haga justicia y este asesino, que tuvo tanta saña, vaya a la cárcel. Pido que todos me ayuden y que la Justicia de una vez por todas le dé la razón a las mujeres“, aseguró.
Ayer por la mañana Marisa había recibido un audio en el que se escuchaba a su amiga Ruth “Cami” Figueroa pidiendo ayuda, pero no pudo salir antes del trabajo. Cuando lo hizo, se encontró con el peor escenario. Había sido asesinada y a su lado se encontraba un hombre herido, Abel Marchan, de 60 años, quien hoy es el principal sospechoso de su muerte.
“Ayer me tocó trabajar de mañana y me mandaron un audio donde ella pedía auxilio pero no me pude retirar de mi trabajo así que cuando salí, a las 13 horas, pasé por su casa. No me atendieron, a la media hora volví y pedí una copia de la llave. Fue el peor momento de mi vida”, relató entre lágrimas Marisa.
Ruth -Cami para sus amigas- vivía sola y no tenía familiares en la ciudad porque son de Neuquén. Se encontraba pasando un momento de salud difícil porque padecía ataques de pánicos y depresión. “Era una gran amiga y muy gran compañera porque siempre me ayudó en todo con mis hijos y yo la estaba apoyando porque estaba pasando un mal momento”, expresó la amiga.
Asimismo Marisa declaró desconocer al sospechoso. “Nunca me lo nombró, no sé quién es”, y aclaró que “Cami” no tenía novio. “Estaba sola y no quería tener pareja porque tenía pánico y estaba depresiva”, declaró.
Por último la amiga aseguró que “no voy a parar hasta que se haga justicia, la voy a seguir hasta el final porque necesito que esto no quede impune. Mi amiga era una gran persona, era amable y ayudaba a todo el mundo. Yo no voy a parar hasta que este asesino, que tuvo tanta saña, vaya a la cárcel. Pido que todos me ayuden y que la Justicia de una vez por todas le dé la razón a las mujeres”.