Después de dos años y diez meses de haber cerrado por la pandemia, Carlos Agüero y su familia volvieron a darle vida a la parrilla “La Trochita”, que se encuentra ubicada a pocos metros de la estación del tren. Un emprendimiento familiar que se sostiene gracias al cariño de los vecinos de Esquel.
En diálogo con La Portada, Carlos Agüero, quien es maquinista del Viejo Expreso Patagónico “La Trochita”, contó que la parrilla fue construida con mucho esfuerzo desde sus cimientos. En el año 2000 comenzaron con los trabajos de construcción del local, pero en el medio los agarró la crisis económica y eso demoró un poco los plazos.
La parrilla abrió sus puertas en 2003 y lleva el nombre de “La Trochita” porque se encuentra ubicada sobre la calle Roggero 1988, a pocos metros de la estación del tren y además Carlos, su dueño, es maquinista de la locomotora hace más de 38 años.
“El local lo hicimos desde las bases hasta arriba y nos demandó un gran esfuerzo familiar”, destacó Agüero. A su vez recordó que “en aquel momento la situación económica era otra, estaba Néstor Kirchner como presidente y se había impulsado el turismo social así que empecé a tener un poco más de movimiento”.
Señaló que con el boca en boca “la gente fue conociendo el local, se sentía cómoda y comía bien”, y aseguró que ha tenido los mismos clientes por 17 años.
La parrilla es un viaje en el tiempo, en sus paredes se pueden ver piezas del histórico tren y fotografías que te remontan a su historia. Cada detalle es único y la cálida atención de la familia Agüero te hace sentir como en casa.
Por eso generó una gran nostalgia en la comunidad el cierre del local en enero de 2021. Pero las medidas preventivas anunciadas por el gobierno municipal por la pandemia no les dieron otra opción. “Era difícil seguir porque estábamos lejos del centro y se nos complicaba seguir funcionando. Cerramos a ver qué pasaba y aprovechamos a descansar porque estábamos desde el 2003”, contó.
La parrilla permaneció cerrada por dos años y diez meses. Pero durante ese tiempo no hubo un día en que la gente no les preguntara cuándo reabrían. “Desde hace un tiempo hablábamos de volver a abrir y un día nos pusimos a ver qué normas habían cambiado. Acondicionamos todo y arrancamos nuevamente el fin de semana largo del Día de la Madre”, relató.
Aseguró que “el regreso fue muy emocionante por el esfuerzo de haber construido la parrilla en 2003 y reabrirla nuevamente ahora. Fue a pedido de la gente y nos encontramos con los clientes de siempre”.
Carlos sostuvo que la parrilla se ha sostenido siempre por el mercado local a pesar de que a una cuadra se encuentre el tren “La Trochita” y haya muchos turistas. “Han venido grupos de turistas, pero el sostén siempre fue el mercado local”, aseguró.
La clave siempre fue la calidad de la comida, la atención y la comodidad. “Nosotros nos ponemos en el lugar del cliente, queremos que se sienta cómodo, coma bien y que económicamente nos sirva a los dos. La gente viene porque la calidad de la materia prima es de primera y siempre me caractericé por eso porque estoy lejos del centro comercial y la gente no puede cruzar todo el pueblo para comer mal”, precisó.
Carlos trabaja en la parrilla junto a su señora, su hija, su hijo y su nuera. Por el momento el horario de atención es de miércoles a sábados en horario nocturno y no descartan volver a abrir los domingos. “Tenemos que retomar el ritmo porque estuvimos dos años y diez meses sin trabajar en el local y todos tenemos nuestros propios trabajos”, comentó.
Además de la tradicional parrilla, ofrecen diferentes platos de carne y pollo, milanesas, supremas, papas fritas, ensaladas, pastas y postres.
“Quiero agradecer a la gente que confió siempre en nosotros y que sigue confiando en el servicio que ofrecemos. Estamos muy agradecidos con los clientes que nos sostienen”, finalizó Agüero.