* Liliana VERBEKE
Allí donde el bosque Andino Patagónico se encuentra y corporiza en alerces, radales y arrayanes milenarios, bordeando casi la Selva Valdiviana, allí donde el cielo, la cordillera, los ríos y el Cañadón del Percy se unen en un collar infinito de colores indescriptibles y el terreno, para expresar su hermosura, se vale de puentes colgantes, barrancos y cascadas bulliciosas, de lagos verdes y azules y las muticias se asoman tímidas entre helechos gigantes y amancay perfumados, allí donde los saltos del Corcovado y la Represa de Futaleufu quiere domar un rio salvaje y milenario próximo el Lago Futalaufquen convertido en balneario multicolor, allí en este escenario; Patrimonio de la Humanidad; está Esquel …
Esquel que significa “lugar donde hay abrojos” o “tembladeral”, debido a un mallín que baña el arroyo del mismo nombre y de la flora del terreno, abrojos, coirones y arbustos espinosos como neneos y calafate entre otros. Según diversas fuentes el vocablo Esquel, pertenece a la lengua Tsonek, del grupo o familia de las lenguas indígenas Chon, ubicadas en la Patagonia Argentina, aunque al parecer y según la cartografía de la época los nativos nombraban al lugar como “Esket”.
Los mapas del Capital Musters la denominaban “Esgel”, aludiendo a la existencia de yacimientos auríferos. Los españoles que también cruzaban de un lado al otro de los Andes lo llamaban “Boquete Oyarzun”. Es la ciudad cordillerana más poblada de Chubut y la segunda de la zona andina después de Bariloche con más de 32 mil habitantes.
Los jesuitas fueron los primeros en recorrer la zona, pero se hace realidad la colonización galesa a partir de en 1865, llegando las primeras familias en 1891, siendo la fundación de Esquel el 25 de febrero de 1906 momento en que se inaugura el servicio telegráfico.
Esquel; un lugar donde confluye el encanto de sus bellezas naturales, de sus inviernos nevados en las pistas de Esquí de “La Hoya” y el histórico Expreso Patagónico de origen belga “La Trochita” que sigue funcionando desde sus orígenes en 1922 –aunque en tramos y trayectos más reducidos- con sus históricos Talleres de Mantenimiento y Reparación en la localidad de El Maitén.
Esquel y Trevelin con su Feria, con sus plantaciones de tulipanes y peonias, sus huertas agroecológicas, sus granjas, la navegación en sus lagos multicolores, sus puentes colgantes, sus alerces milenarios no sería el pueblo que es, sino fuera por el detalle de su gente laboriosa, cordial y solidaria.
Un importante Centro Universitario, el Centro Cultural donde caben todas las expresiones , el Museo de las Culturas Originarias, El Museo Histórico local, el Centro Cultural Esquel, una importante Biblioteca y un Auditorio conforman junto a otros sitios, un Circuito Cultural Social e Ilustrativo de un centro turístico in crescendo como lo es la ciudad de Esquel.
Visitar el Museo “OLBRUN” es conocer un rincón lituano en Esquel, puesto en valor en forma permanente por Olga, ante la ausencia ya de su esposo Bruno Lukosevicius ambos creadores de este lugar único por sus características en Sudamérica. Encierra en sí distintos aspectos de la vida de aquel país como de las vivencias y comienzos de los primeros lituanos llegados a Chubut en 1877.
De gran valor para la comunidad Lituana en Argentina, posee cinco salas donde se exhibe lo referente a la historia Lituana y los inmigrantes, las máquinas del último periódico de la comunidad y un archivo del primer semanario lituano “Balsas”, infinidad de fotografías y objetos de cuando Lituania pertenecía a la U.R.S.S. En cinco salas transcurre la vida Lituana, las Ciencias Naturales, Recuerdos de Esquel y cientos de fotografías registradas debidamente, objetos varios, vajilla y trajes típicos.
Declarado de Interés Turístico y con reconocimientos a nivel internacional, el Museo Lituano Olgbrun es conocido en Lituania y hace varios años se difundió por televisión un documental del mismo.
Y cuando la tarde se despereza en la Bahía Rosales y el sol se posa sobre el Puente Colgante del Rio Arrayanes, allá en el pueblo la vida sigue su curso, sin perder la calma de sus noches tranquilas que convocan a reuniones amenas, a sabores propios de la pastelería y costumbres galesas, una gastronomía excelente, asados infinitos, pero también toda una invitación al descanso de un pueblo que trabaja y mucho, presto a recibir año a año mayor cantidad de visitantes.
El Parque Nacional los Alerces creado en 1937, fue Declarado Patrimonio Mundial Natural por la Unesco en el año 2017 y es nuestro deber es cuidar de él y preservarlo.
Esquel invita A permanecer y admirar la naturaleza en su esplendor a pesar de la distancia, de alguna mala intención del demonio vestido de fuego, queriendo devorar el paraíso.
Esquel tiene el encanto propio de los lugares que invitan a permanecer y a volver.
* Diplomada en preservación del Patrimonio Natural y Cultural (UBP)