Primero fue una suerte de hobby y la necesidad de darle rienda suelta a sus raíces familiares. Ahora, es un emprendimiento que crece día a día. José Elder apuesta fuerte por su destilería, donde produce bebidas como gin y whisky.
José recibe a diario La Portada en su fábrica de calle Sarmiento, en Esquel. Es un espacio que construyó a pulmón y que hoy luce bien equipado. Habla y se lo nota apasionado por lo que hace junto a un compañero de ruta.
“Arrancamos hace dos años como una especie de pasatiempo”, comenta mientras mira una botella pequeña de gin. Piensa unos segundos y señala que el nacimiento de la marca Elder surge en el marco de un “boom” internacional en el mercado de los destilados.
Claro está que no fue un camino sencillo. El costo económico que implica poner la máquina a rodar es grande. El valor (y acceso) de los insumos, las ollas y los elementos de trabajo muchas veces es un dolor de cabeza y un cross para el bolsillo de cualquier emprendedor.
Dice que su pasión por la destilería tiene una explicación que seguramente debería buscar en sus antepasados. Su familia es originaria de Escocia, un faro en materia de whisky. A José lo acompaña, en el todos los días, otro joven de la ciudad con descendencia galesa.
Prueba y error
Recuerda que hace más de un lustro decide comenzar a investigar sobre los vericuetos de la destilería. “Empecé a hacer pruebas con una olla a presión. Ahí entendí que era algo que podía realizar”, repasa en la entrevista concedida a este medio.
La elaboración de whisky es el norte, y lo fue siempre. Pero el proceso demanda un tiempo largo. Por ese motivo es que también hacen diferentes variedades de gin. Sabe perfectamente que en la actualidad existe un alto consumo de esta última bebida.
Después de varios meses de “prueba y error”, junto a su compañero de equipo, lograron dar con un producto acorde a las expectativas. Considera que si bien hay poco espacio para inventar en esta actividad, siempre buscaron una impronta y un perfil propio.
“Lo que hice fue poner en práctica diversas recetas, ver qué podía cambiar y estandarizar un producto”, describe, añadiendo que en la fábrica llevan adelante la cocción de cuatro tipos de gin. “Ahora estamos empezando uno con azafrán”, avisó entusiasmado con la novedad.
Calidad e identidad
Reitera que elaborar whisky es complejo. “Necesitas de dos años de añejamiento en barrica”, precisa José. Hay técnicas puntuales y procedimientos para acelerar el proceso, pero la calidad final no es la misma, advierte. “Nosotros buscamos un rendimiento óptimo”, asevera.
Sostiene que tanto la calidad como la identidad son cuestiones innegociables y que esas cualidades son vitales para la buena salud del emprendimiento. Para respetar ese estándar utiliza ingredientes puntuales como cebada local.
“Para hacer el gin, la mitad de los botánicos son importados”, explica, añadiendo que a su vez usa mucha materia prima de la zona como, por ejemplo, rosa mosqueta y enebro. “Necesitamos que esté siempre disponible y que sea de la misma calidad”, amplía.
Venta
Consultado sobre los puntos de venta, responde que en la tienda online la gente puede encontrar los distintos productos. Es el modo principal de comercialización, remarca. También hay vinotecas de la ciudad que ofrecen estas bebidas de la marca Elder.
“Estamos posicionando un producto que es 100% local. Ese es un valor agregado”, asiente en diálogo con diario La Portada. “También es económico. Soy partidario de que nuestra elaboración se mueva”, completa.
Por último, apunta a que en la ciudad de Esquel -y la zona de la cordillera- haya cada vez más destilerías en funcionamiento. “Pretendemos trabajar de forma conjunta con otros emprendedores. Eso nos favorecería a todos”, cierra.
Gracias por el interés y por acercarse a conocer!
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