Los presidentes de los barrios Chanico Navarro y Bella Vista, Elida Melin y Carlos Ñancucheo, se manifestaron preocupados por la difícil situación que atraviesan los comedores, los cuales hoy se sostienen con la ayuda de la comunidad. Advierten que la demanda sigue creciendo y temen verse obligados a cerrarlos por falta de alimentos. Piden respuestas al municipio por la partida presupuestaria que se les asignó y aún no recibieron.
“La estamos pasando muy mal económicamente porque no llegamos con la comida. Nuestro comedor funciona los miércoles y sábados pero cada vez quedamos más cortos y no queremos cerrar porque hay mucha gente detrás que necesita esta ayuda”, expresó ayer Ñancucheo en diálogo con La Portada.
Asimismo el vecinalista manifestó que aún no han tenido respuestas del municipio de Esquel por la partida que habían recibido para los comedores. “No hemos tenido ninguna noticia y queremos saber qué va a pasar con los comedores porque con lo poco que hoy tenemos no llegamos”, señaló.
Ñancucheo sostuvo que el comedor recibe algunos alimentos del municipio pero no son suficientes para las 187 familias que asisten. “Todas las semanas tenemos que estar llamando para ver si nos pueden dar una bolsa de papas o zanahorias pero es feo estar todo el tiempo golpeando puertas, sabiendo que hay un presupuesto para los comedores”, dijo.
Desde el municipio le manifestaron que la partida debía ser autorizada por el Concejo Deliberante pero hasta el momento eso no ha ocurrido.
Por su parte Elida Melin, presidenta del Chanico Navarro, aseguró que “la situación en el comedor es muy complicada y en estos 6 años jamás dejó de funcionar ni por la pandemia”, y también destacó que se sostiene gracias a los vecinos.
“La última partida que recibí de Fabiana Vázquez -Secretaria de Desarrollo Social- fue antes de Semana Santa, yo le pedí 45 latas de atún y me mandó 14. Me pareció una tomada de pelo hacia el trabajo que hacemos porque yo no le puedo dar a 10 familias y al resto nada”, explicó.
El comedor del barrio Chanico Navarro asiste a 600 vecinos de lunes a viernes. Melin comentó que también recibe la colaboración del diputado nacional Santiago Igon con pollo y alimentos frescos. Sin embargo planteó que el municipio debería sacar cuentas de cuántos alimentos necesitan para cocinar y acercárselos para que puedan trabajar tranquilos.
La vecinalista señaló que desde el municipio le dijeron que no podían hacer uso de la partida hasta que los concejales no los autorizaran. Pero indicó que “los tiempos del comedor no son los tiempos de los concejales ni de Fabiana Vázquez. Hay que apurar esa burocracia que tienen porque la plata está hace un año y hay que utilizarla en los comedores”.
Melin declaró que el municipio hace 2 meses que no colabora con alimentos para el comedor. “Hay que tener un poco de empatía hacia el trabajo que estamos haciendo. En esta época del año ya se está notando que aumenta la demanda porque no hay trabajo y la situación es preocupante. Seguiré hasta donde pueda y si en el invierno esto me satura voy a tener que cerrar y que se haga cargo el municipio”, planteó.
Aseguró en este sentido que “el municipio brilla por su ausencia y la verdad que deberían tener empatía con el trabajo que hacemos ad honorem para poder ayudar a los vecinos porque el que viene al comedor no lo hace por gusto sino por necesidad”, y advirtió que en el invierno la situación será más crítica y deberán cerrar si no tienen alimentos.
Por último Melin remarcó que “el municipio se tiene que poner a la par o a la altura de los presidentes de barrio que realmente estamos trabajando para ayudar a los vecinos”.