La Junta Electoral, integrada por tres vecinas del barrio, realizó diversas mejoras en la sede vecinal del Winter con apoyo del municipio. Se arregló la calefacción, el tanque de agua y se pintó el interior del edificio. “Nos propusimos lavarle la cara para darle un sentido de pertenencia a los vecinos”, aseguraron.
La Municipalidad de Esquel llamó a elecciones en dos oportunidades en el barrio Winter pero no hubo vecinos interesados en presentar lista. Para este proceso se conformó una Junta Electoral, integrada por Susana Carranza, Noemí Montesino y Silvia Rodríguez Araya, para que supervise los comicios pero al no haber candidatos asumieron la responsabilidad de estar a cargo de la sede vecinal de manera provisoria.
Susana Carranza, quien es una de las vecinas que integra la Junta Electoral del Barrio Winter, manifestó en diálogo con La Portada que “la sede estaba en total abandono porque hace un año que la Junta Vecinal está acéfala así que estaba todo sucio y funcionaba como un depósito de cosas”.
Asimismo sostuvo que “se invirtió mucho dinero de todos los vecinos en la sede entonces tenemos que cuidarla y darle el lugar que se merece para que los chicos del barrio vengan a hacer talleres como así también los adultos”.
Susana contó que en la actualidad se encuentra funcionando con normalidad la calefacción y el agua luego de que personal de Obras Públicas realizara diversas refacciones en la sede vecinal. “Nosotras nos pusimos a trabajar a partir de junio del año pasado y le dijimos al coordinador de Juntas Vecinales que queríamos que la sede se pusiera en orden para que al que venga le dé entusiasmo trabajar en ella”, destacó la vecina.
También se llevaron a cabo diferentes trabajos de pintura en la sede vecinal y se colocaron rejas en puertas y ventanas que se encontraban con sus vidrios rotos. En los próximos días tienen pensado continuar con los tareas de pintura en el exterior del edificio.
Por su parte Noemí, otra de las integrantes de la Junta Electoral, contó que durante estos últimos meses han realizado un fuerte trabajo social para ayudar a las familias del barrio. “Cuando empezó la cuarentena, hicimos un censo para conocer cuántas personas se encontraban en situación complicada y necesitaban asistencia. La primera semana asistimos a 6 familias, la segunda semana a 20 y al mes a 30”, expresó.
Las vecinas se encargaron de entregar los bolsines del municipio y relevar cada hogar. Hace unas semanas se concretó una cuarta entrega y le manifestaron desde Desarrollo Social que podría haber un quinto bolsín.
Noemí también valoró el trabajo conjunto que realizan con el Centro de Salud del Barrio Don Bosco. “No nos esperábamos estar a cargo de la sede vecinal pero la situación se dio así y empezamos a cumplir el rol. Somos tres mujeres que teníamos la impronta de trabajar de manera mancomunada por el vecino y estamos esperando que se haga el llamado a elecciones”, expresó.
Susana invitó a los vecinos, en especial a los más jóvenes, a participar y a trabajar por el barrio. “Queremos que se empiecen a interesar por el lugar porque son los que continúan”, aseguró.
En tanto Noemí remarcó que las mejoras dan otra impronta. “Nosotras nos propusimos a lavarle la cara a la sede y también para que el vecino la sienta como propia. Ha venido mucha gente nueva, gente joven, y nosotros estamos contentas por ese lado”, planteó.
Por último, Susana aseguró que tienen muchos proyectos en mente y que el próximamente comenzarán dos talleres culturales con protocolo de bioseguridad en la sede vecinal. “Queremos darle un sentido de pertenencia al mismo vecino, que es lo que hace falta”, cerró.