Hace 5 años que Norma Crespo comenzó con la iniciativa del ropero solidario en la puerta de su casa ubicada en el barrio Sargento Cabral, frente al viejo periférico. Hoy más que nunca necesita donaciones de ropa y calzado en buen estado para ayudar a los vecinos que están pasando una difícil situación. Asegura que la demanda se ha incrementado y que muchos niños se acercan a pedirle zapatillas.
La vecina Norma Crespo aseguró en diálogo con La Portada que gracias a la permanente colaboración de la comunidad ha logrado sostener el ropero solidario durante 5 años. “Antes estaba en Harry Plotter y después lo trasladamos a mi casa que está ubicada en la calle Malvinas Argentinas frente al viejo periférico del Sargento Cabral“, contó. El ropero funciona todos los días de 9 a 17 horas.
“Mantengo el ropero gracias a la gente que dona y no cobro nada por lo que hago”, confió Norma.
Recibe todo tipo de donaciones de ropa y calzados en buen estado y limpio. Lo distribuye en diferentes cajas que coloca frente a su casa y los vecinos retiran lo que necesitan. “Vienen vecinos de todos los barrios, se llevan lo que quieren y no hay límite de nada”, explicó.
Asimismo la vecina destacó que “nosotros siempre pedimos que la ropa esté en buen estado y limpia para que la gente la pueda usar”.
Norma aseguró que ante la crisis económica generada por la pandemia ha notado que se ha incrementado la demanda. “Cada día viene más gente e inclusive se acercan nenes al portón de mi casa a pedirme calzados”, relató con tristeza.
Hoy la vecina no cuenta con nada de ropa para entregar y por eso hizo un llamado a la comunidad. “Siento mucho dolor por no tener nada para darles así que me veo obligada a pedir donaciones. Necesito ropa y calzado para chicos y grandes”, declaró.
Las colaboraciones se pueden acercar a su casa y se pueden contactar con Norma al 02945-690061.
Señaló que lo que más se está requiriendo en este momento que hace mucho frío son camperas, mantas y zapatillas. “Antes se acercaba mucha gente con donaciones pero quizás ahora por la difícil situación económica la estén vendiendo”, dijo.
También contó que los vecinos le piden alimentos pero si no le donan no cuenta con la posibilidad de ayudarlos.
Norma sostuvo que le gustaría coser mantas solidarias para donar pero necesita una máquina para poder hacerlo. “Siempre estoy pidiendo una y como creo en Dios, sé que en cualquier momento puede llegar”, confió.
La vecina aseguró que cuenta con el tiempo para hacerlo porque debe estar en su casa por problemas de salud y le gustaría dar una mano en ese sentido.
Por último, Norma expresó que “es un trabajo cansador pero a la vez me siento bien porque estoy ayudando a otras personas que lo necesitan”.