El fallecimiento de un hombre que remaba junto a otra persona por el Río Desaguadero disparó las alarmas sobre las medidas de prevención adoptadas en el Parque Nacional Los Alerces ante el gran aluvión de visitantes que se da por estos días. Desde el sindicato de guardavidas advierten que no se está cumpliendo con la legislación vigente y falta más de una docena de guardavidas para cuidar a los bañistas.
“Nosotros lo que venimos denunciando hace años es la ausencia de guardavidas en las playas públicas, sobre todo en las que tienen gran afluencia de visitantes”, advirtió Carlos Zuoza, referente en la cordillera del Sindicato Único de Guardavidas y Afines de la República Argentina (SUGARA).
Aclaró que si bien “la fatalidad de este vecino de Trevelin fue en el Río Desaguadero, no sobre las playas, a partir de una situación que habrá devenido de una imprudencia por no usar chaleco y meterse en un lugar no habilitado, esto despierta la alarma de que pueda suceder en cualquier momento y en cualquier playa. Sobre todo en estos días donde hay gran afluencia de gente por el calor, gente que se mete con kayaks, colchonetas, sin chalecos”.
El representante gremial, sostuvo que el servicio de guardavidas es una exigencia legal y más para un Parque Nacional Los Alerces. “La función del guardavidas en un 60 o 70% tiene que ver con la prevención y lamentablemente la imprudencia y la negligencia de no poner guardavidas es algo totalmente descabezado. Y esto que sucedió es una fatalidad que tiene que servir de advertencia para que no sucede nuevamente en los próximos días”.
Sobre la situación actual del Parque, Zuoza comentó que “en los primeros días de enero fui a hacer un recorrido y sólo había guardavidas en la torre N° 1: un guardavidas pagado por el camping Los Maitenes. Allí el muchacho se estaba haciendo cargo de las dos playas, donde está la torre N°1 y la torre N°2. En puestos que no están aptos para esa función. Después la torre N° 3 y 4 a donde va mucha gente, no había guardavidas. Tampoco en la zona de los campings libres de Las Rocas, y ni hablar de Punta Matos, Playa El Francés, Cascada Irigoyen, donde se llena de gente pero no hay guardavidas para nada. Tendrían que poner el refuerzo porque es una cuestión de seguridad pública sustentada por la ley nacional que no se está cumpliendo”.
Seguridad pública
Desde el sindicato “nos cansamos de hacer reuniones amistosas, e incluso fuimos a Buenos Aires a presentar la situación del Parque, pero hicieron caso omiso y ahora no hay nada. Incluso el otro día el intendente Ariel Rodríguez promocionaba la temporada pero no cuenta con lo básico de la seguridad pública”.
Zuoza señaló que “para las playas principales mínimamente se necesitan 12 guardavidas, dos por cada puesto más el franquero que los vaya cubriendo. Eso nada más que en la zona cercana al casco de la Villa. El Estado tiene después que controlar a los concesionarios para ver si tienen la suficiente cantidad de guardavidas. Parques está obligado a poner guardavidas por la legislación vigente. Y por criterio común, tanto los intendentes de Esquel y Trevelin tendrían que hablar y pedir que se hagan las cosas bien”.
Más vale prevenir
En este momento hizo hincapié en que la laguna La Zeta, siendo mucha más chica que el lago Futalaufquen, cuenta con guardavidas. “No cuentan con la vestimenta y el pago no es como indica la escala salarial. Les pusieron una torre de árbitro de vóley y ningún tipo de cobertura contra el sol y el viento. Con un pedazo de mi pelota pelopincho se protege apenas. Allí tenemos 4 profesionales habilitados con sus papeles en regla trabajando en pésimas condiciones”.
En este marco consideró que “lamentablemente tenemos que esperar a que haya una víctima o un ahogado para que tengamos repercusión. Y en los natatorios también tienen que poner guardavidas. Pido al público que empiece a reclamar estas cosas porque una muerte es irreversible, y tenemos un montón de chicos en el agua. Llevamos a nuestros chicos a la pileta y no hay un guardavidas. Llevamos a nuestros chicos al Parque y tampoco hay un guardavidas, y después suceden las desgracias que no son desgracias, son cosas que se podrían haber prevenido antes”.