Tenía un futuro promisorio en la natación, integró durante tres años la Selección Argentina y obtuvo importantes logros pero la medicina es su prioridad. Se encuentra en el tercer año de la carrera y espera ser Cirujano Plástico para ayudar a quienes necesiten una operación reconstructiva. Mientras tanto trabaja como modelo para diferentes marcas del país, ya ha hecho múltiples campañas y sueña con ser la cara de un perfume o reloj.
A los 15 años Juan Ignacio Peláez se fue a vivir a Buenos Aires para continuar con su carrera de nadador en el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD). Tuvo que dejar la escuela, sus amigos de la infancia y su familia para ir detrás de sus sueños. En ese momento tenía un muy buen presente y se vislumbraba un gran futuro pero la vida le fue presentando algunos obstáculos y tuvo que elegir.
Integró la Selección Nacional de Natación desde el 2016 hasta el 2018 inclusive. Fue cuarto en Sudamérica, campeón y subcampeón argentino absoluto en todas las categorías, campeón con récord argentino en su categoría y múltiple campeón en los Juegos de la Araucanía donde obtuvo ocho primeros puestos, tres segundos puestos y un tercer puesto. “Me gusta mucho la natación y me iba bastante bien pero en 2017 tuve una etapa complicada. Empecé a estudiar medicina en la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA), que tenía convenio con el ENARD, pero en un momento fui convocado para representar a mi país en un torneo internacional que coincidió con la fecha de un final y el profesor me dijo que si no me presentaba me iba a poner cero”, relató Juan Ignacio Peláez en diálogo con La Portada.
Esto lo llevó a dejar la carrera y dedicarse por completo a la natación. Sin embargo con los meses sintió que estaba perdiendo el tiempo y retomó sus estudios en la Fundación Barceló donde recibió una beca y se encuentra cursando el tercer año. “Mi prioridad es la medicina y el trabajo porque es como sostengo todo”, aseguró.
El joven esquelense trabaja como modelo desde fines de 2016. No es un mundo nuevo para él ya que desde pequeño había incursionado en la pasarela de la mano de su padre que fue gerente del Shopping de Bahía Blanca y de Mendoza como así también en Esquel donde hizo desfiles para diferentes marcas. “Siempre tuve ganas de figurar, ser la cara de una marca y aparecer en una revista, la calle o una publicidad”, confió.
Aseguró que la natación lo ayudó mucho a ser modelo no sólo por la competitividad, la perseverancia y el esfuerzo, sino también por el físico que adquirió con este deporte.
Con la primera agencia que lo contrató, su primera campaña fue para una marca de Rosario y también hizo otra para University Design. Pero como sentía que estaba trabajando poco porque había hecho dos trabajos en seis meses, decidió probar suerte en otra agencia. “Fue arriesgado porque no sabía si en otro lugar iba a trabajar o estaba tirando todo por la borda. Hablé con EP Bookers, que es donde estoy ahora, y desde el primer mes empecé a trabajar muchísimo. Voy a muchísimos castings, tengo dos por semana como mínimo, y me da la posibilidad de vivir de esto. Puedo pagarme el alquiler y la facultad, así que con 19 años puedo decir que soy económicamente independiente gracias al modelaje”, expresó con orgullo.
La medicina y el trabajo como modelo hicieron que terminara relegando la natación. Si bien sigue practicando el deporte, ya no entrena como antes. La facultad le demanda toda la mañana y gran parte de la tarde, mientras que una campaña para una marca puede llevarle ocho horas en un día. Su agencia coordina los trabajos para que no se superpongan con sus estudios porque saben que es su prioridad.
Juan Ignacio ha hecho todo tipo de trabajos como modelo: lookbooks, catálogos, gráfica, publicidades y pasarela. Con Dafiti y Netshoes ha llegado a hacer 220 cambios en un día. “Lo disfruto mucho y no lo considero un trabajo porque no requiere un desgaste físico o mental, por eso cuando voy a Esquel mi viejo me hace agarrar el pico y la pala para que vea lo que es trabajar en serio”, dijo entre risas.
Prefiere la ropa formal y ya ha hecho muchos trabajos para marcas de sastrerías que personalmente es lo que más le gusta. Aseguró que no se siente mal cuando queda afuera de alguna campaña. “Todo el tiempo me toca ganar o perder pero tengo la ventaja de haberlo vivido en la natación entonces soy muy competitivo”, manifestó el joven modelo que recientemente fue confirmado para una marca de trajes.
“Es lindo sentir que llegué a lo que quería y buscaba de chico; es muy gratificante”, subrayó y confió que “hasta que no sea la cara de un perfume o reloj no me conformo”.
Juan Ignacio ha recibido propuestas de México, Londres, Colombia, Chile y Estados Unidos para hacer campañas publicitarias pero su prioridad es la medicina y no quiere perder ni un año. Siempre tuvo en claro sus objetivos y ha demostrado que lo que se propone lo cumple. “Quiero hacer cirugía plástica reconstructiva para ayudar a quienes sufrieron alguna quemadura o malformación genética porque quiero que se sientan bien consigo mismos”, finalizó esperanzado.
