Ella nació en Comodoro Rivadavia, residió en Buenos Aires algunos años y luego eligió a Esquel “como mi lugar en el mundo”. Es Quinesióloga y trabajó 32 años en el Hospital Zonal Esquel desempeñándose, además, en el sector privado. Su nombre es María Amalia Souza, pero todos la conocen como “Chuni” y es uno de los rostros visibles de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados por el No a la Mina.
En esta entrevista con La Portada repasa su incursión en la lucha para evitar la instalación de la industria minera en la Cordillera, los momentos difíciles que se debieron atravesar y – entre otras cosas – hace especial hincapié en la necesidad de seguir luchando para frenar la minería en la Costa provincial. Asegura también que es importante participar ya que, a su entender, “la Democracia no es sólo representativa, sino participativa”.
La Portada: ¿Cuándo comenzó a ser parte de la Asamblea por el No a la Mina?
“Chuni” Souza: Un día viernes de 2002 una paciente me dijo que había una reunión por el No a la Mina y otras pacientes me pidieron cambiar el turno para poder asistir a esa primera reunión en la Escuela Normal. Ese sábado otra paciente y amiga me dijo “mi primo que es Geólogo me dice que no dejemos poner la mina” y me dio un folleto. Al día siguiente lo leí y el lunes ya estaba entusiasmada. Fue muy fuerte ver a Marta quebrarse porque la habían amenazado. Eso y la charla nos convencieron totalmente.
L.P: ¿Qué fue lo más difícil en este transitar en la lucha?
C.Z: Los más difícil fue dejar muchas cosas – como la familia- para poder viajar y participar. Había mucho trabajo y eso fue lo que dio este resultado del No a la Mina.
L.P: ¿Se siente acompañada por su círculo familiar?
C.Z: Sí, totalmente. Hubo un tiempo en que nos amenazaron por lo que hacíamos las reuniones sin decir donde era y sin dejar los autos. Yo pregunté en mi casa si estaban dispuestos a afrontar este riesgo y me dijeron que sí. A mi hija menor que estudiaba en Buenos Aires le pedí que por unos días no llamara. A quienes integrábamos el No a la Mina esto no nos dio miedo, sino más fuerza. Pensamos que si pasaba esto era porque algo importante había detrás.
L.P: ¿Pensó, ante las amenazas, que no era un espacio para usted?
C.Z: No, pero sé que hubo mucha gente que sí. Una paciente, muchos años después, me dijo que la habían amenazado por teléfono con su hija que estaba embarazada. Lo habló con su familia y decidieron no participar más. Esto me dejó asombrada porque era algo que no sabía. Respeté su postura porque cada uno decide la que toma en cada momento.
L.P: ¿Cómo maneja la exposición pública?
C.Z: No me molesta para nada. Este último año estuve un poco alejada porque sentía agotamiento físico. Me encanta ver a tantos jóvenes participar de las marchas.
L.P: ¿Es parte del legado de la Asamblea la concientización de toda una generación?
C.Z: Yo creo que si porque fueron chicos que se criaron en la calle marchando. Tienen una preparación que en otros lugares no han dado a su siguiente generación en la lucha de defender lo que es valioso. Se trata de una formación en la defensa de lo que se considera importante. Así como hay gente que se queda en su casa sin decir nada – y está bien – los chicos ya tienen la lucha incorporada a sus vivencias.
L.P: ¿Cómo se puede frenar la zonificación minera?
C.Z: Con la gente en la calle. Hay un grupo de gente que por dinero cambia sus actos defendiendo la minería. Muchos saben que el No a la Mina es correcto, pero por dinero o posición defienden el sí a la mina. Tienen sus estrategias: promesas (ofreciendo trabajo), luego pretenden comprarte y después llega la amenaza. Cuentan con profesionales para desarrollar estrategias y especulan con la necesidad de la gente.
- P: ¿El gran objetivo es que la meseta ni ninguna otra región sea zona de sacrificio?
C.Z: Claro que no queremos eso. Esquel no se salva sola, sino con toda la provincia. Contaminarían toda la Costa y se extenderían hacia la Cordillera. La parte de la provincia que estaría en la zonificación es el 70 por ciento del territorio. Los diputados – de aprobar esto – tendrían el triste honor de haber entregado la provincia a otra producción y a otra forma de vivir de los chubutenses. A esta gente les mostras informes, videos y no se convencen porque no hay más ciego que el que no quiere ver.
L.P: ¿Qué mensaje le dejaría a la comunidad de Esquel?
C.Z: Que tenemos que seguir luchando y mirando un poco más a la Costa tratando de ir aunque se haga difícil. La Costa tiene que darse cuenta que serán los primeros perjudicados.