Desde el 2006 todas las personas privadas de su libertad tienen acceso pleno a la educación pública en todos sus niveles y modalidades. En Esquel comenzó a implementarse a partir de 2009. Actualmente, en la Unidad 14, son sesenta las personas que asisten a la escuela secundaria. No sólo se brindan las materias tradicionales sino también una preparación para el mundo laboral sobre la base del cooperativismo y el emprendedorismo para que puedan valerse por sí mismos.
Nilda Bulzomi, quien desde el 2011 es coordinadora del Módulo de Educación en Contexto de Encierro en Esquel, contó a La Portada que “tenemos una fuerte base de las materias tradicionales de lengua, matemáticas, ciencias sociales, ciencias naturales e inglés, y un dispositivo orientado al mundo laboral”.
En ese sentido destacó que trabajan en forma articulada con el Centro de Formación Profesional 655, donde se cursa “Organización de Cooperativas” en el tercer módulo, y con la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB), donde realizan un curso sobre “Gestión para el Desarrollo Emprendedor Comunitario”, en el cuarto módulo que es el último año. “Ingresar al mundo del trabajo implica hoy en día pensar en propuestas que me permitan trabajar con otros en algún emprendimiento productivo”, aseguró.
Las clases se brindan de lunes a viernes de 16 a 21 horas dentro de la Unidad 14. Actualmente son sesenta las personas que asisten a la Escuela Secundaria y quince los docentes que forman parte del módulo.
Bulzomi contó también que “dentro de la trayectoria escolar los muchachos tienen la posibilidad de reconocer plantas con propiedades medicinales y elaborar jabones, cremas y talcos, lo que podría ser una salida laboral”.
Asimismo tienen un taller de bioconstrucción, edición de audios digitales para el programa de radio que semanalmente se emite por Kalewche y producción de textos digitales para las dos revistas digitales que publican anualmente, una con trabajos de divulgación y otra literaria. “Tratamos de abordar el abanico más amplio posible, todos los que van a la Escuela Secundaria son parte de los talleres y en los cursos donde articulamos con otras instituciones incorporamos a gente que ya tiene el secundario terminado en otros lugares y que están dispuestos a hacer el curso”, explicó.
Desarrollo de capacidades
Bulzomi prefirió hablar de la educación como un instrumento para el desarrollo de capacidades en lugar de la reinserción social. “Nosotros cuestionamos todo lo que empieza con re, como reeducar o reinsertar porque es repetir. ¿Queremos que repitan o queremos producir algo nuevo?”, planteó.
En esos términos el diseño curricular aborda la propuesta del desarrollo de capacidades para trabajar con otro, ser crítico, tener un pensamiento respecto a la escritura y la lectura y resolver problemas de la vida cotidiana con herramientas provistas desde los espacios curriculares. “Pensamos que todos vuelven a su territorio, a su lugar de origen, a sus casas, con su familia, y no siempre las cosas han cambiado. El que tiene que llevar lo nuevo es el que vuelve y desde ese lugar es en que los pensamos”, señaló.
Todos nos educamos
La coordinadora del módulo de Educación en Contexto de Encierro en Esquel y quien fue docente del mismo desde el 2009 al 2011, sostuvo que “nadie educa a nadie en la educación de adultos, todos nos educamos y todos aprendemos de todos”. En este sentido señaló que “muchos de los problemas tienen soluciones pensadas por los mismos estudiantes desde saberes que son distintos a los de la academia, así que hay un encuentro de personas, de saberes y es justamente ahí donde se produce el conocimiento”.
En estos nueve años de funcionamiento recibieron dos distinciones, una mención especial en 2015 por el Taller de Plantas para la Salud y un premio en 2016. Además tienen un convenio con la Asociación de Médicos Rurales de Chubut, que colabora académicamente con el módulo, avalando científicamente el taller, y recibe gran parte de la producción de cremas, talcos y lociones que distribuyen de manera gratuita entre los pacientes del hospital y comunidades rurales. Mientras que el excedente se vende en ferias o a través del boca en boca. El taller lo inició María Luisa Pemberton, quien ya no continúa al frente del mismo pero continúa vigente. “Esto muestra la fortaleza de los proyectos que trascienden a las personas”, subrayó.
Dueños de su destino
La trayectoria escolar de cada estudiante culmina con la presentación de un proyecto y, según destacó Bulzomi, “todos son absolutamente factibles, situados en sus lugares, dan respuestas a las necesidades sociales del territorio y les permitirían vivir de eso”.
Recordó, además, que la población de la Unidad 14 no es local y las personas vuelven a sus lugares de origen. Por este motivo resaltó que apuntan al emprendedorismo con impacto social más que al cooperativismo aunque sea parte de la capacitación.
Asimismo opinó que la educación en contexto de encierro “no sería posible si no fuese en un marco institucional educativo y nosotros somos parte de una Escuela N° 7714 que tiene EPJA, funciona entre Avenida Holdich y Cambaceres y tiene un dispositivo en las comisarías Primera y Segunda. Nosotros nos corremos del voluntarismo porque hay profesionalismo y está enmarcado en la institucionalidad que le da el Ministerio de Educación”.
Aseguró que lo que más la gratifica es que la contacten para contarle que tienen un negocio, un trabajo o le muestran una foto de sus hijos.
Falta espacio físico
Por último, Bulzomi planteó que uno de los reclamos pendientes es contar con mayor espacio físico ya que actualmente tienen limitaciones de infraestructura. “El equipo docente es muy potente, todo el tiempo está pensando cosas nuevas para trabajar y seguramente que hay mucho por hacer, pero se irá haciendo en la medida los estados nacional y provincial sigan sosteniendo lo que dicta la ley”, cerró.