Con treinta años en el mercado patagónico y siendo la cervecería artesanal más antigua del país, Blest inauguró días atrás su primera franquicia en Esquel, con diez estilos tradicionales de cervezas más una de temporada, la mayoría de ellas multipremiadas en concursos nacionales e internacionales, además de una carta variada para todos los gustos. Diego Lapenna, uno de los dueños del local, aseguró a La Portada que es “una gran apuesta” a la ciudad.
Nacida en Bariloche en 1989, Blest se convirtió en la cervecería artesanal más antigua de la Argentina y hoy ha logrado expandirse a Palermo, Rosario, Monte Grande, Esquel y próximamente San Martín de los Andes.
Esta marca, pionera en el rubro de la cerveza artesanal a nivel país, fue fundada por Julio Migoya y tuvo su nuevo impulso con dos jóvenes empresarios como Franco Lapenna y Nacho Mochnacz, quienes hicieron que conquistara espacios fuera del mercado patagónico, siendo el barrio porteño de Palermo la primera parada elegida.
Diego Lapenna, uno de los impulsores de que el Club Cervecero Blest abra sus puertas en Esquel, contó a La Portada que “era un sueño que teníamos junto a mi hermano Andrés y que hoy logramos cumplir”.
Hace una semana se llevó a cabo la inauguración del local, que se encuentra sobre la Avenida Alvear 1050, donde anteriormente funcionaba la confitería “La Hoya”, con muchos invitados, entre ellos el Intendente de Esquel, Sergio Ongarato, junto a su esposa, y otros funcionarios del gobierno municipal, que fueron a apoyar este nuevo emprendimiento.
Hubo una cálida recepción tanto de sus dueños, Diego y Andrés Lapenna, como también de los empleados, quienes todo el tiempo estuvieron atentos a los comensales en la degustación de las diferentes cervezas como del menú especial de la noche.
La cervecería estará abierta de lunes a lunes a partir de las 18 horas hasta la medianoche, mientras que los fines de semana extenderá su horario de acuerdo a la demanda. No se descarta a futuro su apertura durante el mediodía.
El local es atendido por sus propios dueños, cuenta con siete empleados y ofrece una carta muy variada, con platos principales, empanadas en forma de canasta, papas con cheddar y pizzas hechas al horno de barro, el protagonista de la cocina. Su amplio espacio permite cocinar alrededor de 68 pizzas a la vez.
Diez estilos de cervezas
Blest llegó a la ciudad con diez canillas de diferentes estilos de cerveza artesanal: Pilsen, Bock, Scoth Ale, Cream Stout, Hop Chot IPA, Sidra Artesanal, Frambuesa, Slow Barley Wine, Nahuelito Black IPA y Honey Queen, más una de temporada que hicieron especialmente para el Mundial de Fútbol junto a una cervecería de Mar del Plata y se llama la Russian Imperial Stout. Los días que juegue Argentina habrá Happy Hour de esta cerveza en el local y se podrán ver aquellos partidos que se realicen por la tarde. También se ofrecen otro tipo de bebidas como gaseosas, agua mineral y tragos.
Volver a las raíces
Diego regresó hace siete años a su querido Esquel, tras haber vivido en Buenos Aires y Bariloche donde desarrolló su pasión por la gastronomía. Fue mozo, trabajó en una agencia de catering y hasta llegó a ser gerente de hoteles. “Toda mi vida me dediqué al rubro gastronómico y siempre estuve vinculado al sector privado, así que una vez que dejé la Secretaría de Turismo, me embarqué en este proyecto con mi hermano y un socio más que es mi tío”, confió.
Reconoció que “es un desafío muy importante” por ser una franquicia muy conocida en el país. “Nos largamos en el peor contexto económico que uno pueda imaginar, pero con mi hermano Andrés somos amantes de esta ciudad y creíamos que hacía falta una vuelta de tuerca”, destacó.
En este sentido valoró el esfuerzo que se encuentran haciendo muchos comerciantes de la ciudad para revertir esto. “La mano está durísima para todos pero la visión que tenemos nosotros junto a unos cuantos más demuestra que en Esquel se pueden hacer las cosas diferentes y apostar a su crecimiento”, opinó.
Hecho para los esquelenses
Diego contó que eligió el rubro de la cerveza artesanal porque “está teniendo un crecimiento realmente importante” e invitó a los productores cerveceros a acercarse. “Para tener un Esquel diferente hay que hacer las cosas diferentes, no solamente es abrir un local, sino hay que ponerle amor, dinero y muy buena atención”.
Asimismo resaltó que el local “está hecho para todos los esquelenses y si vienen turistas por supuesto que también podrán disfrutarlo”.
“Soy un convencido de que cuanto más locales haya en la ciudad, más movida nocturna y diurna va a haber porque la gente va a tener más ganas de salir a la calle”, agregó.
El recuerdo a su padre
Con mucha emoción, el emprendedor evocó a su padre Diego Lapenna, importante referente turístico de la ciudad y la región. “Si bien soy bastante diferente a mi padre en lo turístico porque él tenía mucha cancha, sí somos parecidos en lo pasional. Al igual que él, yo hago las cosas con el corazón y no solo para ganar dinero”, expresó.
Tanto Diego como Andrés confían en que este proyecto le va a sumar mucho a la ciudad como también lo están haciendo otros restaurants y confiterías que han hecho una gran inversión. “El sector empresarial tiene que entender que hay que invertir para que las cosas cambien”, planteó.
Por último invitó a todos los esquelenses a conocer el local, al cual le dedicó “muchas horas de trabajo y esfuerzo en cada detalle”.